• Además de las prendas de los diseñadores de vestuario de sus principales películas, que llevó en numerosos estrenos y actos cinematográficos, Marylin lució ropa de otros creadores como: Celi Champman, Jean-Louis, Elgee Bove, John Loper, John Moore, George Nardiello, Norman Norell o William Travilla. La actriz se sumó a la reacción contra Christian Dior cuando éste introdujo la línea H, conocida por su sobriedad, argumentando que era una ofensa personal hacia mujeres como ella.



  • Decidida a abandonar su imagen de rubia despampanante y mostrar que sus interpretaciones podían ir más allá, se apuntó, siguiendo el consejo del fotógrafo Milton H. Green, a las clases de Strasberg en el Actor's Studio de Nueva York en 1956. Poco después fundó su propia productora, Marilyn Monroe Inc., que debutó con El príncipe y la corista, filme que se rodó en Londres bajo la dirección de Lawrence Olivier. Su estancia en Gran Bretaña le abrió las puertas de la distinguida aristocracia del país y pudo conocer personalmente a Isabel II.