22 MAYO 2004
Sonriente y muy elegante, la reina doña Sofía volvió a demostrar su exquisita elegancia a la llegada de la Catedral de la Almudena. Hoy, ha sido una de las principales protagonistas de la boda real, ya que ejercía como madrina del enlace, acompañando a su hijo, el príncipe Felipe. Y, dado su papel en esta ceremonia, la esposa de don Juan Carlos I vistió para ocasión, como también hicieron sus hijas, la infanta Elena y la infanta Cristina. Ellas también estaban espectaculares.
Una elegante madrina
La Reina, que lució, como ya adelantamos, una espectacular mantilla negra sobre teja, llevaba un vestido largo de Margarita Nuez –modista que viste habitualmente a la esposa de Juan Carlos I-, confeccionado en satén color perla con bordados a tono en el talle y cuello redondo. Sobre éste, un magnífico collar de brillantes, esmeraldas y pequeñas perlas. Para sujetar la mantilla, llevaba un broche con forma de mariposa.
Fiel a Lacroix
Al igual que su madre, la infanta Elena también eligió la mantilla negra para el
enlace de su hermano el príncipe de Asturias. La Duquesa de Lugo lució un espectacular modelo de Christian Lacroix Alta Costura compuesto por un vestido y chaqueta de moaré rosa con bordados en tono beige y de inspiración dieciochesca. Guantes blancos, bolso de mano a juego con el traje y un collar y unos pendientes de perlas fueron los complementos elegidos para adornar la obra del genial modisto francés, el mismo que la vistió para la boda de Mary Donaldson con Federico de Dinamarca.
Sofisticada
Como su hermana, la infanta Cristina también confió en el mismo modisto que la vistió para la boda real danesa, que, en su caso, fue el español Jesús del Pozo. En su caso, la duquesa de Palma eligió un vestido de raso en color oro viejo y encima un
abrigo de Guipur en gris perla. En la cabeza, una espectacular pamela de rafia parasisol asimétrica con adorno de picos en tono champán, diseñada por Mabel Sanz.
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