21 MAYO 2004
Horas antes de que el príncipe Felipe y doña Letizia pronuncien el “sí quiero” en la Catedral de la Almudena, la Familia Real española al completo se ha reunido en el Palacio de El Pardo para celebrar la cena de gala a la que han acudido más de 300 invitados. Como ya ocurriese la pasada semana en la capital danesa con motivo del enlace del príncipe Federico de Dinamarca, la elegancia y distinción de las invitadas se ha hecho presente en este acto y una de las grandes protagonistas ha sido la novia.
Como en la boda de Mary Donaldson y Federico de Dinamarca, y en la gala celebrada la noche previa del enlace, doña Letizia eligió un diseño del madrileño Lorenzo Caprile. Para su ‘despedida de soltera’, la futura princesa de Asturias llevaba un traje de gala de ‘shantung’ de seda natural color platino y encaje de Chantilly completamente rebordado a mano con pedrería y canutillos de cristal tornasolado. Los hombros despejados, los grandes cuellos al bies, el polisón que al recogerse detrás estiliza la silueta... Todos ellos son detalles de un elegante diseño con claras reminiscencias de la época alfonsina, aunque adaptados a las tendencias actuales. Como viene siendo habitual en sus trabajos con Caprile, todos los materiales son de procedencia española, por expreso deseo de la novia.
Se trata de un vestido diseñado especialmente para lucir el magnífico aderezo montado en platino de zafiros, perlas y brillantes que SS. MM. los Reyes regalaron a la futura princesa de Asturias el día de su petición de mano. Este aderezo histórico, compuesto por pendientes y un magnífico colgante, perteneció a Doña María de las Mercedes, Condesa de Barcelona, y tiene su origen en el ajuar nupcial de otra María de las Mercedes, la adorada primera esposa del Rey Alfonso XII. Por esta razón, para el diseño del vestido se buscó la inspiración en el fabuloso ajuar que la modista española, Presentación Cervera de Sánchez, confeccionó a petición de Alfonso XII como regalo de boda para su prometida, la Infanta Doña María de las Mercedes de Orleáns y Borbón.
Como complementos, destaca un abanico artesanal con incrustaciones de nácar de la madrileña ‘Casa Diego’ y un pequeño bolso de canutillos y filigrana que perteneció a la reina Isabel II, popularmente conocida como la ‘Chata’. Igualmente, doña Letizia ha confiado en la maestría de Pura López para el diseño de sus zapatos, los cuales ha elegido personalmente. Se trata de un par en color gris perla con bordados de pedrería a juego con el vestido, horma de punta clásica, tacón de diez centímetros, pulsera al tobillo, con escote en ‘uve’ en los costados, pequeños lazos zapateros como adorno en la pala y en el talón.
Aunque doña Letizia fue el centro principal de todas las miradas, también hay que destacar la elegancia del resto de las damas de la Familia Real española. Nuevamente, la reina Sofía destacó por su exquisito gusto, que demostró luciendo un maravilloso diseño con cuerpo de pedrería dorado y falda en tono crudo de Manuel Pertegaz. También destacó la infanta Cristina que, como en la reciente boda de Mary Donaldson con Federico de Dinamarca, confió en el buen hacer del modisto Jesús del Pozo. En concreto, la duquesa de Palma, que acudió con su marido Iñaki Urdangarín, llevaba un vestido ‘palabra de honor’ de organza drapeada en color azul plomo. Por su parte, la infanta Elena optó también por una creación de Lorenzo Caprile. Se trata de un original vestido de inspiración goyesca, confeccionado en ‘chantun’ de seda natural, color verde azulado, y con corpiño de encaje y pedrería.
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