5 MARZO 2004
Europa vivió el 12 de abril de 2003 una nueva boda real, en esta ocasión, entre el príncipe Laurent (hijo mayor de los reyes de Bélgica) y Claire Coombs. La Casa Real se volcó con cada detalle para que todo saliera a la perfección. Y, por supuesto, como no podía ser menos, también prestó especial atención al menú que degustaron los 1.500 invitados al enlace real. Dada la extensa lista de personas que acompañaron a los príncipes en este día tan especial, el banquete se tuvo que celebrar en el ‘Salón del Trono’ del espléndido Palacio Real belga, habilitado para la ocasión.
A pesar de la decisión por parte de la Casa Real de no difundir imágenes relativas al banquete (por respeto a las víctimas del conflicto de Iraq, que en ese momento se estaba viviendo) sí se dio a conocer el listado de platos que confeccionaban el menú nupcial, elaborado por tres chefs de reconocido prestigio en el país: Jean Pierre Bruneau, Jean Michel Loriers y Herman Vandender.
Un menú sencillo para una boda moderna
Los tres cocineros diseñaron un menú sencillo, variado y muy acorde a la estación. Como entrantes, los invitados degustaron unos espárragos de Melines; de primer plato raviolis rellenos de langostas y, de segundo, algo más consistente: cordero con verduras de temporada. Todo ello regado por vinos de la región.
Cafés, infusiones, dulces y, por supuesto, la tarta nupcial, pusieron el colofón a un almuerzo que quiso resultar algo más informal de lo habitual, alejado de rígidos protocolos.
|