5 MARZO 2004
Los sabores, aromas y productos búlgaros fueron los protagonistas indiscutibles del banquete que la princesa Kalina de Bulgaria y el explorador Kitín Muñoz ofrecieron a todos los invitados a su enlace. Y, como no podía ser de otra manera, un chef búlgaro, Danail Danailov, (el predilecto de la princesa), fue el artífice de este menú, con el que pretendía que todos los asistentes a la boda pudiesen descubrir algunos de los secretos de la gastronomía del país balcánico, que, aunque es más simple y menos variada que la francesa o la española, también es muy sabrosa.
El postre preferido de Kalina, parte del menú
Para abrir boca, los invitados degustaron el tradicional aguardiente búlgaro, rayika, acompañado de un primer plato ligero: Skopska ensalada. A continuación, se sirvió el plato estrella del almuerzo, musaka, un sencillo pero exquisito guiso, poco habitual para las grandes celebraciones, pero muy representativo de la cocina búlgara. Para finalizar, el postre preferido de la princesa Kalina, unos deliciosos crepes con confitura de frutas del bosque que endulzaron el almuerzo de los presentes.
Cada uno de los platos fue servido en un elegante juego de porcelana, que llevó para la ocasión la familia de la novia hasta el palacio de ‘Tsarska Bístritsa’, lugar en el que se celebró el enlace y donde todos los asistentes degustaron este manjar cien por cien búlgaro.
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