5 MARZO 2004
La infanta Cristina, hija menor de los Reyes de España, contrajo matrimonio con Inaki Urdangarín el 4 de octubre de 1997 en Barcelona, ciudad en la que tiene fijada su residencia habitual. El lugar elegido para ofrecer el banquete nupcial fue el Palacio de Pedralbes en cuyos jardines se instalaron para la ocasión unas carpas donde los invitados disfrutaron de deliciosos aperitivos: chistorra, butifarra, jamón ibérico, croquetas y muslitos de codorniz en salsa de soja y chocolate.
Ya en el interior del palacio tuvo lugar la celebración del banquete. El comedor principal, de paredes y cortinas doradas, albergó a cien comensales frente a la mesa presidencial en forma de U y vestida con un elegante mantel de hilo blanco. Otras 20 mesas redondas, de diez comensales cada una, ocupaban los dos salones adyacentes al principal, mientras que los demás invitados se repartían por las distintas estancias del palacio.
Trescientos camareros y numerosos cocineros y ayudantes se habían puesto en marcha desde primera hora para que todo estuviera a punto para el ágape, cuyos menús se encargó de elaborar la prestigiosa Semon, una auténtica institución gastronómica.
Platos para todos los gustos
Y es que no hubo un único menú sino cuatro, en consideración tanto a las preferencias personales de los invitados como, sobre todo, a imposiciones religiosas. Así pues, hubo un menú macrobiótico, otro mijar (para los musulmantes), otro Koshner (para los judíos) y un menú general.
La mayoría de los invitados tomaron como primer plato ‘Sorpresa de quinoa real con verduritas y pasta fresca’. La quinoa es un cereal procedente de Bolivia muy apreciado sobre todo en la alimentación vegetariana y que se cultiva como alternativa a la hoja de coca. Como segundo plato se sirvió lomo de lubina , suflé de langostinos y emulsión de aceite virgen. Como postre, un preludio de chocolate amargo y cacao al que sucedió la original tarta nupcial, realizada por el maestro pastelero Jaime Foix: en lugar de la tradicional figura de los novios, una réplica del palacio de Pedralbes realizada con chocolate blanco coronó el sabroso manjar de cinco pisos de altura.
En el capítulo de vinos hubo grandes reservas de Rueda y La Rioja, así como jerez y un cava extrabrut, también de categoría ‘gran reserva’. Además, en los aperitivos ser sirvió txakoli de Guetaria, un vino típico del País Vasco.
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