1 MARZO 2004
Tras la ceremonia, y mientras el príncipe y doña Letizia recorren las calles de Madrid para hacer la ofrenda floral en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha (una virgen a la que la Corona española ha dedicado su devoción desde Alfonso VI, en el siglo XI), los invitados se dirigirán a pie desde la Catedral hasta El Palacio Real, donde serán recibidos por los Reyes y los padres de la novia, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano.
Respaldados por la Guardia Real, vestida con uniforme de gala, los anfitriones recorrerán los salones principales del primer piso y acompañarán a sus invitados durante el aperitivo en el salón de Columnas y en el gran comedor de Gala, entre otras estancias. Estancias que quedaron descartadas, por sus reducidas dimensiones, como posibles lugares en donde celebrar las nupcias de don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, poco después de que fuera anunciado el compromiso del Príncipe de Asturias.
El patio del Príncipe
De hecho, se pensó, desde el primer momento, que la única y gran alternativa para albergar a los 1.500 invitados era la de adecuar (alfombrar todo el suelo y cubrir el techo con una enorme carpa) como marco de la celebración el gran Patio del Príncipe. Un espacio que ha sido utilizado, en el pasado, para conciertos y recitales de poesía y que, por primera vez, albergará, entre sus muros de piedra y granito y su impresionante claustro, la gran celebración de una boda real.
No obstante, tal y como hemos señalado en líneas anteriores, podrán disfrutar los invitados, al menos durante una hora, de un soberbio aperitivo que será servido en algunos de los históricos salones del piso principal. Entre ellos, la sala conocida como Comedor de Gala, que fue realizada en 1879 por orden de Alfonso XII, quien decidió unir las tres salas que habían pertenecido a la reina Isabel de Farnesio para obtener un gran espacio donde celebrar su banquete de bodas con doña María Cristina de Habsburgo Lorena, su segunda esposa. En este impresionante salón, una parte de los invitados podrá saborear un exquisito aperitivo entre tapices flamencos con escenas bucólicas del s. XVI( de Pannemaker), tibores de porcelana china del s.XVIII y jarrones de bronce dorado con placas de porcelana de Sevres, de Fernando VII.
Marco de una boda histórica
Asimismo, y según hemos podido saber, otra parte de los invitados será conducida hasta el salón de las Columnas (comedor y sala de baile hasta 1859), bajo la gran bóveda en la que se representa la “Apoteosis de la Monarquía Española". Una sala en la que han tenido lugar acontecimientos de enorme importancia para la historia reciente de España: la firma del tratado de adhesión de España a la Unión Europea (1985) y la primera Conferencia de Paz para oriente medio (1991).
Por último, en este apartado, decir que el salón debe su nombre a las magníficas columnas sobre las que se soportan sus paredes, cobrando también, especial importancia en esta estancia las lámparas de cristal y los tapices de la Real Fábrica inspirados en temas bíblicos.
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