28 FEBRERO 2004
A pesar de las adversas condiciones climatológicas que continúan asolando la mitad norte de la Península, el Príncipe Felipe y su prometida, dona Letizia, decidieron trasladarse al Pirineo aragonés para disfrutar de su deporte de invierno favorito: el esquí. En medio de una intensa nevada y con una temperatura de siete grados bajo cero, la pareja llegó el pasado viernes, alrededor de las diez de la noche, a la estación de Candanchú para pasar el fin de semana en la nieve.
Su primera visita a Aragón
Protegidos con ropa de abrigo, tal y como apreciamos en las imágenes, don Felipe y doña Letizia descendieron del vehículo a su llegada al hotel Edelweiss, residencia habitual del Rey cada vez que visita el Pirineo Aragonés, donde tienen previsto permanecer alojados hasta el domingo. Cubierta con la capucha de su chubasquero y una bufanda de cuadros que apenas permitía que se le viera la cara. Es la primera vez que se desplazan juntos hasta esta Comunidad Autónoma desde que anunciarán su compromiso el pasado mes de noviembre.
La pareja fue recibida por el director de la estación de Candanchú, Eduardo Roldán, que a su vez es presidente de la Federación Española de Deportes de Invierno y amigo personal del Rey. Roldán, que ha sido el encargado de inciar a doña Letizia en el deporte blanco, será una vez más su instructor de esquí en Huesca – ya le había impartido clases en los Alpes suizos y en Baqueira.
Al tratarse de un viaje de carácter privado, la discreción rodeará todos los acontecimientos del Príncipe y su prometida. Sin embargo, al igual que ocurrió en Baqueira-Beret, los novios permitieron que los fotógrafos tomaran imágenes de ellos a su llegada a la estación invernal. La presencia de la pareja real ha despertado enorme expectación y muchos medios de comunicación se han trasladado hasta las mismas pistas para seguir de cerca su jornada en la nieve.
Afortunadamente el mal tiempo no ha impedido que el Príncipe y su prometida hayan cumplido con sus previsiones. A primera hora de la mañana la estación permanecía con 41 pistas abiertas y 33,425 kms esquiables para recrearse en la práctica de este deporte.
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