30 ENERO 2004
Fue un enlace de grandes festejos, no en vano la pareja se casaba por amor y su historia, llena de romanticismo, enterneció a los españoles que gustaban de oír las historias de palacio. “Quieren hoy con más delirio/ a su Rey los españoles/ pues por amor va a casarse/ como se casan los pobres”, rezaba una coplilla de la época. El triste final de María de las Mercedes, que murió a los dieciocho años de edad, hizo más todavía que aquella real y verídica historia de amor permaneciera en el corazón de la calle.
Los preparativos para la boda
La mayoría de las Diputaciones Provinciales decretaron alguna construcción para la provincia con motivo del enlace real: carreteras, hospitales, iglesias, escuelas... Madrid, por su parte, se vistió de gala y durante semanas se realizaron diversas obras para que la capital luciera en todo su esplendor.
Del mismo modo se concedieron algunos indultos con motivo del enlace real. El mismo día, y para que el pan no faltara en ninguna familia, por pobre que fuera, éste se incluyó como limosna en el programa de actos públicos.
El mismo día de la boda se organizaron toda una serie de festejos: a las dos de la tarde se celebró un desfile de las tropas de la guarnición en la plaza de Oriente; a las ocho de la noche, hubo funciones de convite organizado por el Ayuntamiento en los teatros Español, Zarzuela, Apolo, Comedia, Novedades, Alhambra, Variedades, Martín e Infantil; se encendieron cientos de lámparas para iluminar la capital... Un corresponsal francés, impresionado con la belleza de las luces, calculó en "diez mil francos" el gasto que podían generar.
En la Puerta del Sol, las dos farolas centrales eran de luz eléctrica y según algunos diarios daban un esplendor como el de la luna llena en las noches de verano. La fuente de Neptuno, en su base, aparecía rodeada de mecheros de gas encerrados en globos de cristales de colores. El tridente estaba también dibujado con luces de gas. La fuente de Cibeles, por su parte, también estaba rodeada de un círculo de globos de cristales de colores y largos mecheros surtidores brotaban del fondo del agua.
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