Su Majestad la reina Sofía, cuyo nombre completo es Sofía Margarita Victoria Federica de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, nació el 2 de noviembre de 1938 en el Palacio de Psykhikó, cerca de Atenas. Hija primogénita de los reyes de Grecia Pablo I y Federica, su familia pertenece a una de las Casas Reales más antiguas de Europa.
Estudios y formación
Su infancia fue un trasiego de un país a otro en busca de reposo para los suyos. Primero fue Egipto; luego Suráfrica; más tarde volvió a su querida Grecia; su camino siguió por Alemania, país en el que estudió lenguas extranjeras; con 18 años retornó a su patria y trabajó, durante dos años, como enfermera en un orfanato. Su amor por los niños se hizo tan evidente que estudió Puericultura en Atenas. Pero la futura Reina de España desde siempre ha sido intelectualmente inquieta, así es que sus estudios también se centraron en Arqueología y Música. Toda esta preparación académica no le impidió convertirse en una deportista excepcional. De hecho, participó como suplente en el equipo de vela griego, durante los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960.
¿Cómo conoció al rey Juan Carlos?
La reina Federica de Grecia organizó, en el verano de 1954, un crucero a bordo del Yate Agameón con la intención de que ciento diez jóvenes, miembros de las casas reales europeas, tuvieran la oportunidad de conocerse. Entonces, se produjo el primer encuentro entre la princesa Sofía de Grecia, de 15 años, y Juan Carlos de Borbón, de 16, pero la primera cita tardaría años en llegar.
Su boda
El 14 de mayo de 1962 Sofía de Grecia le decía "sí, quiero" al, por aquel entonces, príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón. Ocurrió en Atenas, el 14 de mayo de 1962, ante la mirada atenta de numerosos miembros de la realeza. Según narró él mismo, días más tarde, el recibimiento de don Juan Carlos en Atenas fue impresionante: "Las banderas de España y de Grecia enlazadas y los gritos de la muchedumbre me hicieron llorar. Fue algo realmente extraordinario".
La llegada de sus tres hijos y su ascenso al trono
El 20 de diciembre de 1963 nacía la infanta Elena; el 13 de junio de 1965, la infanta Cristina; y el 30 de enero de 1968, el príncipe heredero, don Felipe de Borbón. Además de las fechas de nacimiento de sus hijos, otra fecha siempre presente en doña Sofía es el 22 de noviembre de 1975, momento en el que su marido es proclamado Rey de España. Desde ese mismo instante, doña Sofía, quien era una completa desconocida en nuestro país hasta su matrimonio con Juan Carlos, asume todas las responsabilidades de su nuevo cargo. Trabajó infatigable por convertirse en la mejor embajadora de nuestro país y acaba conquistando el corazón de todos los españoles.
Su impecable papel de Reina
Además de esta importante función, la Reina fue consciente desde el principio de todas las actividades que podía desempeñar en España a favor de los más desfavorecidos. Es Presidenta Ejecutiva de la Fundación Reina Sofía (cuyos fines son la promoción, ayuda y desarrollo de las necesidades de toda clase de hombres y mujeres, y su más plena integración en la comunidad social); además, ostenta además la Presidencia de Honor de varias instituciones culturales y musicales, como la "Escuela Superior de Música Reina Sofía" así como la Presidencia de honor de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y del Real Patronato sobre Discapacidad.
Participa también en varios proyectos internacionales sobre el desarrollo de la mujer rural y la expansión empresarial de las capas sociales más desfavorecidas a través del microcrédito y de sobra es conocido el activismo de la Reina en la protección de los animales. Doña Sofía, que por cierto es vegetariana, ha mostrado su apoyo a animales en peligro de extinción como los burros y ha apoyado la crianza en el Zoo de Madrid de los pequeños osos panda Po y De De y la adopción de los perros abandonados.
La Reina Doña Sofía es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de la Historia. Ha recibido el Doctorado Honoris Causa por las Universidades del Rosario (Bogotá), Valladolid, Cambridge, Oxford, Georgetown, Évora, Nueva York y Seisen (Tokio).
El fin de sus 39 años de reinado
Ha sacrificado mucho, pero cree que mereció la pena y agradece cada día haber tenido una vida extraordinaria. Vive el presente y hace pocos planes a futuro. Cuando mira atrás es como "volver a ver una vieja y querida película", y cuando piensa en el futuro no tiene miedo a la muerte ni a la sensación de vacío.
Fue el 19 de junio de 2014 cuando la reina Sofía ponía fin a 39 años de reinado tras el acto de proclamación de su hijo del rey Felipe VI y dejaba en un segundo plano su agenda meramente institucional para hacer frente a una mucho más reducida, con causas que le llegan especialmente al corazón.
Abuela de 8 nietos
La reina Sofía trabaja constantemente por lo suyo y con los suyos. Y le encanta ejercer de abuela con sus ocho nietos. Ellos son su alegría y siempre se deshace en atenciones hacia ellos. Para cada uno tienen un cálido gesto, una caricia... Un momento único. Ya sea Felipe de Marichalar y su hermana Victoria, hijos de la infanta Elena, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene - hijos de doña Cristina- o la princesa Leonor y la benjamina de Palacio, la infanta Sofía. Sus sonrisas, siempre amables, se vuelven enormemente dulces cuando están dedicadas a los niños. Quiere a todos sus nietos por igual, pero tiene una relación muy especial y de admiración por Leonor, quien siempre está deseando visitarla para que le cuente historias.
Su deseo cumplido
El mejor regalo que ha recibido en los últimos años es que la infanta Cristina y Felipe VI hayan acercado posiciones, que los tres hermanos estén ahora más unidos. Doña Sofía se desvive por los suyos y esta última década no ha sido fácil. Cuando el caso Nóos partió a la familia —la Real y la del Rey— en dos y se llevó por delante a la infanta Elena para no hacer tantas distinciones con su hermana, la Reina doña Sofía apostó por la institución y, después, tras la abdicación de don Juan Carlos, por su hijo, Felipe VI. El Rey fue su elección y, aunque apoyó a la familia Urdangarin tras estallar el escándalo, como antes estuvo al lado de Elena en su divorcio, las dos tomaron distancia y se unieron más entre ellas. Por un tiempo fue así, pero ya no lo es.
Doña Elena y doña Cristina quieren muchísimo a su madre, y al revés. A doña Sofía no le gustan los conflictos ni las peleas y ahora está mucho más en paz. Incluso podría decirse que tiene una relación muy correcta con sus exyernos. No los juzga como maridos, piensa en ellos como padres. Su hermana, la princesa Irene.
La princesa Irene es su alma gemela, su compañera inseparable, y doña Sofía se enfrenta a la incertidumbre del qué va a pasar. Su hermana tiene problemas de salud —superó un cáncer hace muchos años—, pero, a sus 81 años, aunque no hay un diagnóstico, sufre un deterioro cognitivo, y está preocupada, pero también decidida a aprovechar todos los momentos mientras la vida siga igual. Lo comparten todo, hablan de la vida, de la familia, de mística y filosofía oriental, sin dejar de hacer planes. Salidas de incógnito, que le encantan; cenas en casa de amigos o en restaurantes, y también almuerzos y meriendas en la Zarzuela, ahora, alrededor de la chimenea.
Vestidos para un museo
Es coqueta, le gusta ir guapa, vivió otra época en la moda y todo ello se refleja en su armario. En su impresionante colección de alta costura, una de las mejores del mundo, etiquetada con su historia, que cuida y mima en palacio. Hay mucho diseño español de Margarita Nuez, Pertegaz, las hermanas Molinero, Elio Berhanyer, Tony Benítez, Alejandro de Miguel, Loewe… Pero la gran desconocida es la colección que incluye firmas como Oscar de la Renta, Chanel y especialmente Valentino. Atendiendo a la historia, a esos momentos de representación en los que estrenó estos diseños fascinantes, doña Sofía considera que su armario es de Estado, por lo que las piezas que no pasen a ser propiedad de la reina Letizia o de sus hijas, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, será legada a un museo.
Reparto en vida
Las grandes tiaras y las joyas de pasar están ahora en manos de la Reina Letizia, previo documento firmado por doña Sofía, que siguió el ejemplo de la Reina Victoria Eugenia: de Reina a Reina. Y las ligadas a la dinastía, como la tiara floral, también seguirán vinculadas a la Familia Real, pero también hay un cofre personal y será ella la que disponga cómo será repartido, teniendo en cuenta especialmente su valor sentimental. Según ha podido saber ¡HOLA!, doña Sofía quiere repartir todo en vida y hace tiempo que empezó a regalar piezas a sus hijas y también a sus nietas con la llegada de los 18 años: Victoria, Irene y ahora Leonor. La colección incluye las joyas que heredó de su madre, como el 'pendentif' con un rubí cabujón y el aderezo de su boda con la tiara prusiana, los pendientes y la gargantilla de diamantes; el anillo de compromiso con dos rubíes y un diamante, la joya de su vida, su preferida; los rubíes de Niarchos (collar, tiara, pulsera, pendientes y anillo); el aderezo de zafiros y esmeraldas… Y las que le ha ido regalando su familia o amigos muy cercanos. Gargantillas de diamantes o la de amatistas y topacios firmada por Bulgari, collares de perlas... Esas joyas que no pasan de Reina a Reina, sino de madre a hijas y nietas, y que pueden verse a la izquierda.
Aficionada a los Beatles, Julio Iglesias y Bruce Springsteen
Doña Sofía duerme al menos siete horas, aunque ahora menos. Desayuna cada mañana leyendo los periódicos. Además de la lectura, también le gusta pintar, ver series —le gustan los dramas y siempre tiene un pañuelo a mano— y escuchar música, "la poesía del alma", porque le da paz y le trae recuerdos de los momentos felices. Admira a Mozart, Bach, Handel, Chopen, Telemann…, pero también le gustan los Beatles, Dire Straits, Julio Iglesias, Adele, Coldplay, Bruce Springsteen y le chiflan los boleros para bailar.