Priscila de Gustin nació en Madrid (España). Desde que era una niña, su sueño era convertirse en maniquí, deseo quizás motivado por el hecho de que sus padres hubieran trabajado frente a las cámaras, aunque, en su caso, fue como figurantes.
Su entrada en el mundo de la moda se produjo en 1998 cuando ganó un concurso de belleza organizado conjuntamente por una firma de cosméticos y una conocida agencia de modelos. Este triunfo le sirvió para convertirse en un rostro habitual de las pasarelas españolas (Madrid y Barcelona). Poco después probó también suerte en el extranjero con éxito.
Esta bella morena ha sido imagen de las firmas Swarovski, Kleymac y Toypes. Además, su rostro sirvió para promocionar los cosméticos de la firma Manifesto de Isabella Rosellini.