De padre estadounidense y madre española, Marina Jamieson comenzó en el mundo de la moda antes de cumplir la mayoría de edad. Empezó haciendo pequeños trabajos hasta que su progenitora se dio cuenta de su potencial y le permitió dedicarse a ello en cuerpo y alma.
Una vez cumplió los 18 años, la modelo hizo las maletas y se instaló en Milán con el objetivo de proyectar su carrera internacionalmente y así fue pues trabajó con Giorgio Armani y eso le permitió que su rostros se hiciera muy conocido.
Trabajó junto a Kate Moss
Un año más tarde se instaló en Nueva York para continuar formándose y una vez estuvo convencida de que tenía las tablas suficientes tras numerosos trabajos ante los focos y sobre la pasarela se marchó a Londres, donde llegó a trabajar mano a mano con una grande de la moda, la incomparable Kate Moss.
Convertida ya en una de nuestras tops más internacionales, Marina empezó a ver cómo los diseñadores más exclusivos del mundo comenzaban a apostar con ella. Salvatore Ferragamo, Louis Vuitton o Diana von Furstenberg llamaron a su puerta para que mostrara sus propuestas en París, Milán o Nueva York. Además se convirtió en imagen de campañas publicitarias para Dolce&Gabbana, Roberto Cavalli o Paul Smith.
Mejor modelo de la Pasarela Cibeles 2007
Marina, quien también se convirtió en una de las modelos más cotizadas de la Pasarela Cibeles y en 2007 se alzó con el galardón a la mejor modelo otorgado por la firma francesa L’Oréal, decidió establecerse finalmente en Nueva York.
Marina, quien de no haberse dedicado a la moda hubiera sido Psicóloga o Diseñadora de interiores siempre ha sentido debilidad por la arquitectura, el arte, el cine, la literatura y la música.