Era poco más que un bebé cuando supimos de ella. Blanca Romero, actriz y modelo, se casaba por la iglesia con Cayetano Rivera, el menor de los dos hijos de los desaparecidos Paquirri y Carmina Ordóñez. Blanca había tenido tres años antes una hija, Lucía, que Cayetano adoptó legalmente y convirtió en la primera de sus hijos (el segundo, Cayetano, es fruto de su relación con Eva González).
Sus padres se separaron poco tiempo después, pero mantuvieron una relación cordial por el bien de Lucía. Ella tuvo la ocasión de saber de su padre biológico cuando solo tenía 11 años. Tal como ella misma contó en su libro, Nada es lo que parece, había idealizado a este hombre, desconocido para ella, hasta que apareció en la vida de su madre para extorsionarla. Se le cayó un mito, pero mantuvo (y mantiene) una excelente relación con quien ha sido su auténtico padre a todos los efectos, Cayetano Rivera.
¿Quién es la madre de Lucía Rivera?
Blanca Romero es una famosa actriz española: la hemos visto en series tan importantes como Física o Química, donde daba vida a Irene, una profesora de secundaria que mantenía una polémica relación con uno de los alumnnos del instituto. También participó en películas como After, película por la que fue nominada a mejor actriz revelación. Pero Blanca ha estado, además, en programas como el talent gastronómico Masterchef Celebrity, donde quedó muy cerca de ser una de las finalistas.
Pero antes de descubrir su talento interpretativo, Blanca fue modelo, como lo es su hija. Ambas pudieron mostrar a la vez su destreza en este sector de la moda cuando desfilaron juntas para Pronovias en 2018.
Sus luchas internas
En el mencionado libro Nada es lo que parece, Lucía explica que, bajo un aspecto de vida perfecta, sufre problemas de los que no teníamos noticia. Uno de ellos es la ansiedad, con la que lleva ya un tiempo lidiando. De vez en cuando, la joven comparte sus preocupaciones sobre este problema en sus redes sociales, y también las consecuencias que acarrea.
De hecho, entre los problemas relacionados con la ansiedad ella misma refirió dos: un trastorno dismórfico corporal y anorexia. Del trastorno de la conducta alimentaria no hay mucho que contar que no sepamos; pero la propia Lucía explicó su experiencia. Contó en una carta para Cosmopolitan cómo la comida se convirtió en una verdadera preocupación, no había lugar para la pasta o el arroz, y la verdura solo podía ser verde y antioxidante. Subirse a la báscula y que marcara más de 50 kilos era un drama. Llegó a estar días sin comer antes de ir a un casting o desplazarse andando a todas partes para quemar más grasa.
La dismorfia corporal de la que habla Lucía es una percepción irreal de nuestro propio cuerpo, que hace que nos veamos peor de lo que realmente somos. No hace falta decir que ella es una mujer guapa y esbelta (es modelo profesional); sin embargo, la dismorfia hace que nos fijemos solo en nuestros defectos y los agrandemos en nuestra mente. Actualmente, está con terapia y tiene estas situaciones bajo control, pero también reconoce que ambas se mantienen en estado latente.
¿Quién es la pareja de Lucía Rivera?
En el verano de 2024 supimos de la relación de Lucía Rivera con Fernando Wagner Sampol, un broker inmobiliario mallorquín con interesantes antepasados familiares, entre los que encontramos a Alfonso X El Sabio y a varios conquistadores.
Pero Lucía ha tenido otras dos relaciones amorosas de lo más mediáticas. La primera transcurrió entre 2019 y 2020 junto al piloto de MotoGP Marc Márquez. Mantuvieron una historia muy discreta y alejada de los focos, pero tras la ruptura ella se centró en su profesión.
Después, en 2022, hizo público su romance con Nacho Méndez, un futbolista del Sporting de Gijón. Sus fotos y reels fueron frecuentes en el tiempo en el que estuvieron juntos.
¿Dónde vive Lucía?
Lucía Rivera ha dejado su España natal para establecerse en Milán, una de las principales capitales de la moda, con el objetivo de impulsar su destacada carrera como modelo. En una entrevista con la revista Elle, explicó que su decisión busca alejarla de las etiquetas de "enchufada" y demostrar su valía por méritos propios. Además, lejos de los estereotipos, Lucía es económicamente independiente desde los 14 años, consolidando su trayectoria con esfuerzo y dedicación.