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kim bassinger

Kim Basinger

Tenía 18 años y los concursos de belleza se le quedaron pequeños. De Miss Georgia a Nueva York, ciudad en la que comenzó a labrarse un buen futuro como modelo de la agencia Ford. Y de ahí a la pantalla... Kim Basinger o la belleza plena que pasea de a pequeños pasos por el mundo del celuloide.


7 de noviembre de 2006 - 14:12 CET
Athens, Georgia (Estados Unidos)

Nació en un ambiente familiar. Tercera de cinco hermanos, sus padres siempre estuvieron muy vinculados al mundo de la música. Su padre, Don, tocaba en un banda de jazz; y su madre, Ann, era bailarina (de hecho, se la puede ver en algunas coreografías de la inigualable Esther Williams). Así es que la pequeña Kim, patológicamente tímida en sus años de escuela, se refugió en la música y el espectáculo como vía de escape de sus complejos infantiles.

Con 16 años ya había ganado diferentes concursos de belleza: Miss Athens Junior, Miss Georgia Junior y Miss Belleza Junior, celebrado este último en la ciudad de Nueva York. Fue en la Gran Manzana donde pasó de la pasarela a la publicidad en grandes carteles. La agencia Ford le facilitó contactos con firmas de cosméticos como Revlon o Maybelline. Y ahí estaba Kim Basinger. Bella para un público que, poco a poco, comenzó a identificarla como la chica que, además, actuaba. Se la pudo ver, antes de las cámaras, mostrando sus cualidades interpretativas en el Greenwich Village o cantando en club con el nombre de Chelsea; luego llegó la televisión y apareció en algún capítulo de Los Ángeles de Charlie. Tuvo la fortuna de aparecer junto a Bond, James Bond, en Nunca digas, nunca jamás (1983). Aquel papel fue como un talismán que le abrió puertas. Sobre todo, tras Nueve semanas y media, película que la convirtió en la sex-symbol por excelencia. El papel definitivo lo logró de la mano de Tim Burton en su peculiar visión de Batman. Con este papel abrió la década de los noventa. Diez años en los que su belleza se iba haciendo cada vez más radiante y los amores, más maduros. Tras su fallido matrimonio con el maquillador Ron Britton (se divorciaron en 1989), Kim Basinger conoce al también actor Alec Baldwin y se embarcan, en 1993, en un matrimonio que iba a durar más de ocho años. Fruto de su unión nació, en 1995, su hija Ireland.

La actriz logra su mayor éxito profesional con el papel interpretado en L.A Confidential. En el año 1998 se le concede el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria... y es que esos labios rojos que nunca se sabía si escondían maldad o miedo conquistaron a millones de espectadores.

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