Hija de actriz y escultor, nació en París el 9 de marzo de 1964. Sus primeros trabajos fueron producciones francesas casi desconocidas en España. Juliette Binoche se había formado en el Teatro del Conservatorio de París y tras haber dudado entre la pintura y el arte dramático, se dio a conocer en Je vous salue Marie de Jean-Luc Godard en 1983.
André Téchiné le confía su primer auténtico papel en Rendez-vous (1985) cuando tiene 20 años. Durante los años siguientes comparte su vida y su carrera con el director Léos Carax, con quien rueda Mala sangre (1986) y Los amantes del Pont Neuf (1991). Tras Azul (1993) de Krysztof Kieslowski, El húsar en el tejado (1995) de Jean-Paul Rappeneau, Un diván en Nueva York (1995) de Chantal Ackerman, con William Hurt, y El paciente inglés (1996), Juliette Binoche se alzará con el Oscar a la mejor actriz de reparto, por su interpretación en El Paciente Inglés.
Convertida en la nueva musa del cine galo, con permiso de Catherine Deneuve, alejada de la insípida fama, y el más mínimo afán de protagonismo, la dulce Juliette ve pasar los días sin airear su vida privada, seleccionando con cuidado los papeles que protagoniza y dejando perfectamente claro no tener intención alguna de convertirse en estrella. Está por encima de todo eso, y lo sabe. Es un lujo que sólo pueden permitirse unos cuantos privilegiados.