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Rey Juan Carlos© Gtresonline

Rey Juan Carlos

Durante su reinado, que duró exactamente 39 años,  el antiguo monarca supo ganarse el afecto de todos sus conciudadanos: no sólo por la manera que tuvo de enfrentarse a los problemas sino, también, por la cercanía que transmitió y sigue transmitiendo en todos y cada uno de sus apariciones públicas


Actualizado 29 de abril de 2024 - 12:37 CEST
Roma, Italia

Aunque parezca extraño que el monarca de un país nazca más allá de las fronteras de ese país, en el caso del rey Juan Carlos I fue así. Hijo de don Juan de Borbón y Battenberg y de doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, don Juan Carlos vino al mundo en Roma y fue bautizado 19 días después de su nacimiento en la capilla de la Orden de Malta de Roma por el futuro Papa Pío XII. Los padrinos fueron su abuela paterna, la reina Victoria Eugenia, y su abuelo materno, Carlos Tancredo de Borbón-Dos Sicilias. Tras la renuncia de Alfonso XIII y de sus hijos mayores, sería don Juan el que se convirtiera en el jefe de la Casa Real española.

Los primeros años de vida de Juan Carlos

Después de pasar los primeros años en Estoril (Portugal), fue enviado primero a Friburgo (Suiza) y, posteriormente, a España. Corría el año 1948 y tan solo dos años después su padre le hizo regresar. Más tarde volvería junto a su hermano Alfonso, esta vez al Palacio de Miramar de San Sebastián. En nuestro país proseguiría con sus estudios y terminaría el Bachillerato para iniciar después la pertinente formación militar en las tres academias.

¿Cómo se conocieron el rey Juan Carlos y la reina Sofía?

Antes de comenzar la formación militar, don Juan Carlos habia conocido a doña Sofía. Era el verano de 1954 cuando participó en un crucero en el Yate Agameón que zarpó con la intención de que 110 jóvenes de las Casas Reales europeas tuvieran la oportunidad de conocerse. Federica de Grecia, madre de la Reina, fue la que organizó este viaje.

El 8 de junio de 1961, la pareja volvió a reecontrarse en la boda de los duques de Kent en Londres. Pocos meses más tarde, el 12 de septiembre de 1961, don Juan Carlos pidió matrimonio a Sofía de Grecia, en Lausana, en la residencia de la reina Victoria Eugenia. Allí le entregó un anillo de oro con dos rubíes y un diamante. Dos días después se hizo pública la noticia

Meses después de anunciar su compromiso, todas las miradas estaban puestas en don Juan Carlos, doña Sofía y su inminente enlace. Pero no todo fue un cuento de hadas. Entonces él era un príncipe de España sin trono y ella la hija mayor de los Reyes de Grecia y la princesa más querida por los helenos. La abuela del Rey, la reina Victoria Eugenia, tuvo que subastar un collar de esmeraldas para ayudar a pagar parte del enlace.

Su boda con doña Sofía y la llegada de sus tres hijos

El 14 de mayo de 1962 don Juan Carlos y doña Sofía se casaron en Atenas. En total celebraron tres ceremonias: la primera, por el rito católico en la Catedral de San Dionisio Areopagita; la segunda, por lo civil en el Palacio Real y la tercera, por el rito ortodoxo en la Catedral Metropolitana de Atenas. El banquete tuvo lugar en una carpa montada en los jardines del Palacio Real de la capital helena

Su amor pronto dio frutos. La infanta Elena, la primogénita, nació en Madrid el 20 de diciembre de 1963. Doña Cristina vino a ampliar la Familia Real el 13 de junio de 1965, y dos años y medio más tarde veía la luz el príncipe heredero, Felipe de Borbón.

Proclamado Rey de España

Mientras la familia crecía, la situación política española se hacía más y más compleja. Las tensas relaciones entre el Conde de Barcelona y Franco propiciaron que fuera designado sucesor no don Juan, sino su hijo Juan Carlos. Eso ocurrió en 1969. Seis años después, fue proclamado Rey en el Congreso de los Diputados, acompañado de su mujer y de sus hijos. En su primer mensaje a la nación, expresó su intención de establecer la Democracia y de ser el rey de todos los españoles sin distinciones convirtiéndose así en el principal artífice de la reforma política y democratización del país.

Don Juan renuncia a sus derechos

Otro de los momentos históricos se producía en mayo de 1977, cuando don Juan renunció a sus derechos dinásticos y le trasladó la Jefatura de la Casa Real española en un acto solemne sin precedentes y plagado de generosidad tras una larga vida en el exilio. Sus palabras, 'Majestad, por España, todo por España. ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!', difícilmente serán olvidadas. El padre de don Juan Carlos pudo mantener el título de Conde de Barcelona durante toda su vida y además fue ascendido a capitán general por parte del Gobierno en 1988.

Referéndum de la Constitución Española

El 6 de diciembre de 1978 los reyes Juan Carlos y Sofía se dejaron ver votando el referéndum de la Constitución Española en el colegio de San Fernando de El Pardo, en Madrid. Lo cierto es que la Familia Real española se abstiene de votar en las citas electorales, pero sí pueden acudir a las urnas en referéndums como este. La Carta Magna sería sancionada días después por el propio don Juan Carlos en la sesión solemne de las Cortes Generales.

La noche del 23-F

En todos estos años, el punto de inflexión, la escena más histórica del reinado de don Juan Carlos es, sin duda alguna, la noche del 23 de febrero de 1981. Ese día tuvo lugar el fallido golpe de Estado por parte de varios mandos militares que asaltaron y secuestraron el Congreso de los Diputados durante horas -en plena sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo-. Don Juan Carlos, vestido con uniforme de capitán general de los Ejércitos, dirigió un mensaje televisado a la nación: "La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar, en forma alguna, acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum", defendió entonces.

Un padre muy orgulloso

Durante sus más de 30 años de reinado, don Juan Carlos ha casado a sus tres hijos. La primera boda en la que don Juan Carlos se convirtió en padrino fue en la de su hija la infanta Elena con Jaime de Marichalar, hijo de los condes de Ripalda, el 18 de marzo de 1995 en la catedral de Sevilla. Un enlace que llegó a su fin el 13 de noviembre de 2007, cuando la Casa Real anunció mediante un comunicado el "cese temporal de su convivencia matrimonial" entre los Duques de Lugo.

La segunda boda fue la de su segunda hija, la infanta Cristina, quien dio el 'sí quiero' a Iñaki Urdangarin el 4 de octubre en la Catedral de Barcelona y quienes pusieron fin a su matrimonio a principios de 2022. La tercera boda, y con toda seguridad la más esperada por los ciudadanos, fue la del príncipe Felipe, que contrajo matrimonio con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano el 22 de mayo de 2004 en la catedral de la Almudena en Madrid.

La salud de Juan Carlos

Abuelo de ocho nietos, don Juan Carlos es un gran amante del esquí y de la vela, unos deportes que se ha visto obligado a ir practicando menos según ha ido cumpliendo años. El 8 de mayo de 2010 le fue extirpado un nódulo en el pulmón en el Hospital Clínico de Barcelona. Casi un año después y con fecha programada, el monarca se sometió a una operación de rodilla como consecuencia de antiguas lesiones producidas en prácticas deportivas y que le dificultaban su actividad física habitual. En septiembre de ese mismo año y en la clínica San José de Madrid, la misma en la que fue intervenido de la rodilla, el Rey fue operado de una lesión en el tendón de Aquiles de su pie izquierdo.

El perdón público del Rey de España

Tras recuperarse en tiempo récord de todas ellas y sin tener ninguna operación más programada, el 14 de abril de 2012 el soberano sufría una fatal caída en la que se rompía la cadera durante un viaje privado para cazar elefantes en Botsuana que hizo que su imagen se viera dañada.

Una vez recuperado y en el momento de abandonar el centro hospitalario el Rey se disculpó públicamente por los hechos, envueltos aún más en la polémica por la situación económica del país. Una disculpa sin precedentes desde que comenzara su reinado y que ya forma parte de la historia.

Siete meses más tarde, el monarca volvía a pasar por el quirófano para serle implantada una prótesis en la cadera izquierda para resolver los problemas de desgaste que sufría la articulación como consecuencia de la artrosis. Al año siguiente, el 3 de marzo de 2013, el Rey era operado de una hernia discal y comenzó después un proceso de rehabilitación que le mantuvo alejado de la actividad oficial durante siete semanas. En su vocación de servicio a los españoles, el Rey fue asumiendo poco a poco su agenda oficial con la ayuda de muletas durante sus primeros meses de convalecencia. Pero seis meses después su salud volvió a resentirse y en esta ocasión fue su cadera la que le generó ciertos problemas. El 24 de septiembre de 2013, el Monarca es operado de su cadera izquierda en el Hospital Universitario Quirón de Pozuelo de Alarcón, Madrid, en una intervención dirigida por el doctor Miguel Cabanela. El 21 de noviembre de 2013, el monarca es operado de nuevo de su cadera izquierda, para sustituir la prótesis provisional implantada en la anterior intervención por una definitiva.

Su hijo Felipe, su mejor apoyo y representante

Su hijo, don Felipe fue asumiendo gran parte de su agenda, mientras que el soberano se centraba en su recuperación, sin descuidar ninguna de sus labores desde su despacho. El 24 de diciembre de 2013 y como siempre en esta fecha, don Juan Carlos volvía a ponerse delante de las cámaras para pronunciar su tradicional mensaje navideño en donde volvió a defender la unidad de España en momentos de crisis. Don Juan Carlos afirmaba que asumía las exigencias sociales de ejemplaridad e invitó a los líderes políticos, empresariales, sociales e intelectuales a superar diferencias para recuperar la confianza, aunque nada hacía presagiar que el 2014 sería el año de su abdicación.

El 5 de enero de 2014, el Rey cumplía 76 años y días después recuperaba su ritmo de trabajo ayudado con unas muletas y con buen aspecto, recibiendo en el Palacio de la Zarzuela al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Lento pero seguro y sin perder su habitual sentido del humor, don Juan Carlos retomaba el 12 de febrero su agenda de viajes oficiales, acompañado por la Reina y ponía rumbo a Lisboa para asistir a la clausura del IX Encuentro Cotec Europa.

El 23 de marzo de 2014, don Juan Carlos recibía un duro golpe, la muerte de su amigo, Adolfo Suárez, al que definió como un "amigo leal". Muy emocionado, el Rey se ponía ante las cámaras para enviar un emotivo mensaje en donde señalaba: "Mi gratitud hacia Suárez es honda es permanente y mi dolor es grande". El Rey, que encontró en Suárez una figura clave en la democracia española, alabó el "alto sentido del patriotismo" de un político que "dio lo mejor de sí mismo y trabajó sin descanso para lograr la recuperación de nuestro país a nivel internacional". "Adolfo Suárez fue un hombre de Estado, un hombre que puso por delante de los intereses personales y del partido los de la nación española", afirmó el Soberano.

La abdicación del rey Juan Carlos

Fue tan solo tres meses después de esta triste despedida, cuando el rey Juan Carlos tras hacer frente a varios achaques de salud, los problemas con la justicia de parte de su familia y la crisis en la que se encontraba envuelta la monarquía cuando tomó la decisión de abandonar el trono para poner a salvo la institución. Don Juan Carlos se quedó a siete años del récord establecido por Felipe V (1700-1746) siendo su reinado el sexto más largo de la historia desde que los Reyes Católicos iniciaran la monarquía hispánica en el siglo XV.

De esta manera el 2 de junio de 2014 y tras haber realizado su último viaje como Soberano a Lisboa para presenciar la final de la Champions que enfrentaba al Real Madrid y al Atlético de Madrid, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy convocaba con premura a los medios de comunicación para anunciar el deseo de don Juan Carlos de renunciar al trono en favor de su hijo, el Príncipe de Asturias.

El Presidente del Gobierno anunció, en declaración institucional, extraordinaria y convocada con urgencia, la decisión del Rey Juan Carlos I de abdicar y transmitir de conformidad con lo previsto en el artículo 57, 1º y 2º de la Constitución la Jefatura del Estado a su hijo, el príncipe Felipe, que reinará como Felipe VI de España.

El Presidente no dudó en elogiar la labor de don Juan Carlos como "un defensor infatigable de nuestros intereses, garantía de convivencia y de paz", e indicó que el proceso de abdicación se desarrollará "en un contexto de estabilidad institucional y como prueba de la madurez de nuestra democracia".

Tras esto llegó la comparecencia de don Juan Carlos ante todos los españoles para comunicarles su inesperada decisión de abdicar en su hijo, de quien destacó que "encarna la estabilidad". Dieciséis días después, el 18 de junio, Juan Carlos I, firmaba la ley de abdicación en un austero, pero emocionante acto llevado a cabo en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid.

Retirada de la vida pública y su marcha a Abu Dabi

En 2019, anunció su retiro de la vida pública y ese mismo verano fue intervenido de tres bypass en el Hospital Universitario Quirón salud Madrid Tengo cañerías y tuberías nuevas", aseguraba el antiguo monarca, añadiendo que se encontraba "fenomenal" y "sin dolores".

En agosto de 2020, comunicó por carta a Felipe VI su marcha a Abu Dabi, donde reside actualmente y aunque en los últimos años ha viajado esporádicamente a nuestro país, especialmente a la localidad gallega de Sanxenxo para participar en las regatas a bordo del 'Bribón' junto a su gran amigo, Pedro Campos. Pero también regresó a España para asistir a la celebración privada por el 18 cumpleaños de la princesa Leonor en el Palacio de El Pardo así como para estar presente en el 60 cumpleaños de la infanta Elena, celebrado el 20 de diciembre de 2023.

Alejado de sus seres queridos y lugares sigue encajando los golpes con filosofía, como cuenta su biógrafa Laurence Debray en el ensayo Mi Rey caído. Ahora le preocupa, sobre todo, no estorbar. "Por eso se fue. Era una manera de desaparecer en las arenas del desierto".

Don Juan Carlos solía decir que "nunca pienso en la muerte. No se puede vivir teniendo miedo de la muerte", pero, en los últimos años, están más presentes las referencias al destino final. Ante el temor a lo irremediable, todo pesa. La pérdida de personas queridas, las veinte operaciones quirúrgicas, la incertidumbre a miles de kilómetros, la ausencia de abrazos de su familia… Como confesó a su amigo José Luis de Villalonga hace muchos años —aunque, en su caso, las palabras autoexiliado definirían mejor su situación—, "morir en el exilio debe de ser lo peor que le puede suceder a un hombre… A veces me estremezco pensando en lo que mi padre debió de sufrir".

Hablaba entonces del conde de Barcelona, pero ha debido de sentir lo mismo. "Lo que añoran siempre los exiliados, esas cosas que no se escriben con mayúsculas, tan importantes como la vida misma: colores, olores, voces familiares, cosas que se comen y se beben en el propio país y en ninguna otra parte…". Una añoranza que "era real". Juan Carlos I se ha hecho a la soledad. "Para ser sincero, siempre me he sentido bastante solo".

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