El gusanillo de la interpretación le viene de familia. Su padrino es Telly Savalas, el actor que interpretó al detective Kojak; su padre, John Aniston, era muy conocido por su papel en la serie Los mejores años de nuestra vida.
A los once años, Jennifer tenía muy claro que su futuro pasaba necesariamente por la interpretación. Se matriculó en una escuela de arte, Rudolf Steiner, y ahí se cultivó en el maravilloso secreto de salir a un escenario y no temblar.
La televisión fue el medio en el que la joven se dio a conocer. Luego vino el premio organizado por la revista Rolling Stone, "El Mejor Pelo de América". Su melena a capas conquistó a los productores de Friends, quienes apostaron por ella primero para el papel de Mónica y, finalmente y a sugerencia de la actriz, para el de Rachel.
Pero no se quedó en este medio. Dio el salto a la gran pantalla y se supo amoldar a los diferentes papeles románticos que los directores le iban ofreciendo. Tanto amor como manifestaban sus heroínas no hacían sombras a la verdadera Jennifer Aniston: la que se casó muy enamorada en junio de 2000 con uno de los actores más atractivos de la última década: Brad Pitt.