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isabel preysler© Getty Images

Isabel Preysler

Se la puede considerar la primera influencer de nuestro país. Lleva décadas ocupando el podio de la elegancia —así lo atestiguan diversas encuestas—, su magnetismo, su poder de seducción, y hasta sus secretos de belleza, son míticos. Madre de cinco hijos y abuela de siete nietos, se dice que si existiera la fórmula magistral de la eterna juventud, pensaríamos que ella la habría inventado


Actualizado 1 de julio de 2023 - 13:10 CEST
Manila, Filipinas

Su vida se ve marcada por la extraña paradoja de ser popular cuando siempre ha procurado ondear la discreción como bandera. Isabel Preysler se siente española, aunque, en el fondo, sabe que sus raíces duermen en Filipinas, país en el que nació y pasó su infancia y juventud, rodeada de sus padres y cinco hermanos.

Tres matrimonios y cinco hijos

Apenas superada su adolescencia, sus padres decidieron mandarla a España. Se instaló, en Madrid, en casa de sus tíos Tessi y Miguel Pérez Rubio. Pronto comenzó a asistir a distintas fiestas de la alta sociedad madrileña. En una de ellas, organizada por Tomás Terry, conoció a Julio Iglesias. Y el amor hizo que dejara de lado sus estudios de Secretariado Internacional. Se casaron en 1971. Ella tenía 19 años y el cantante, 28. Cuando se separaron definitivamente en 1978, tenían tres hijos en común (Chábeli, Julio y Enrique) y muchos sueños a medio cumplir.

Dos años más tarde, siempre tratando de mantener a sus hijos al margen de su vida sentimental (y de la expectación que ésta causaba a los medios), contrajo matrimonio con Carlos Falcó, marqués de Griñón. En 1981 nació su hija Tamara, tres años antes de que comenzaran a surgir rumores sobre una posible crisis matrimonial que se confirmó en 1985.

Isabel Preysler, poseedora de un corazón impulsivo a ráfagas, se enamoró perdidamente de Miguel Boyer. Su decisión de vivir juntos, después de oficializar su relación, supuso una auténtica eclosión de informaciones que ocupaban semana tras semana las portadas de todos los semanarios de actualidad social.

Incapaces de negar lo innegable, Isabel Preysler y Miguel Boyer confirmaron su noviazgo en 1986 pasando a formalizarlo el 2 de enero de 1988 dándose el ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil en Madrid. Junto a Boyer, Isabel tuvo a su última hija, Ana, compañera inseparable de su hija Tamara y encontró esa estabilidad que tanto añoraba en sus anteriores matrimonios.

Durante veintiséis años fueron uno de los matrimonios más sólidos del panorama social, viviendo momentos muy felices, pero también una difícil prueba. En febrero de 2012, Miguel sufrió un derrame cerebral. Dos años más tarde, el 29 de septiembre de 2014, Miguel Boyer fallecíaa los setenta y cinco años, a causa de una embolia pulmonar

Su relación con Mario Vargas Llosa

Un año después, y cuando menos lo esperaba, el amor llamó de nuevo a su puerta y comenzó una relación junto al escritor y Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, a quien Isabel había entrevistado en 1986 y con quien se reencontró en 2015 en Londres en una fiesta organizada por el Príncipe Carlos de Inglaterra con Porcelanosa en el Palacio de Buckingham. Ya de regreso a Madrid. Isabel y Mario quedaron para comer juntos en un céntrico restaurante, eran los inicios de una romántica historia de amor que duraría ocho años hasta que en diciembre de 2022 ambos tomaron caminos separados.

Siete nietos

Isabel se volcó así, aún más si cabe, en su principal ilusión, sus hijos y sus siete nietos: los dos de su hija Chábeli, Alejandro y Sofía; los tres de Enrique y Anna Kournikova, los mellizos Nicolás y Lucy y la pequeña Mary, así como los dos niños de Ana Boyer junto a Fernando Verdasco, Miguel y el pequeño Mateo.

Elegancia y estilo

Icono de estilo y de belleza, Isabel no acusa el paso del tiempo y mantiene una figura impresionante. Considerada una de las mujeres más elegantes de España, su vida daría para un guion de cine, lleno de acontecimientos, historias de amor y giros inesperados. Considerada la primera influencer de nuestro país, se dice que, si existiera la fórmula magistral de la eterna juventud, pensaríamos que ella la habría inventado.

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