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Helena Christensen

"Tiene el cuerpo más bonito", comentó en cierta ocasión el diseñador italiano [Gianni Versace]. "Nadie tiene mejores piernas", añadió Karl Lagerfeld. "Lleva la ropa con vida y con mucho fuego", sentenció John Galliano. Los tres maestros de la moda se rendían así a sus soberbias medidas (90-60-90), una mujer inigualable que, junto a Cindy Crawford, Claudia Schiffer y Linda Evangelista, revolucionó el mundo de las pasarelas en los años noventa.


7 de noviembre de 2006 - 14:12 CET
Copenhague (Dinamarca)

Helena Christensen, nacida el 25 de diciembre de 1968, destacó muy pronto en el mundo de la moda gracias a un cuerpo de ciento setenta y siete centímetros sencillamente perfecto. Hija de danés y peruana, a los dieciocho años fue elegida Miss Dinamarca, título que la llevó a París para comenzar una fulgurante carrera como modelo. Fue portada de revistas como Vogue y Elle y desfiló en las grandes pasarelas de Londres, Nueva York y París hasta que finalmente alcanzó la consideración de supermodelo. Ha sido imagen de la firma de lencería Victoria's Secret y en 1992 dio el salto al cine con su participación en Inferno, una película independiente de poca difusión. Aquel año también protagonizó un vídeo musical llamado Wicked Game, del cantante Chris Isaak.

Una madre ejemplar
Una vez terminada la jornada laboral, Helen Christensen se olvida de todo y se vuelca por completo en su familia. En octubre de 1999 dio a luz a su primer hijo, Mingus, y, desde entonces, ya no es la misma. Con el nacimiento de su bebé, Helena Christensen se unió al grupo de modelos de primera fila -como [Elle McPherson], [Cindy Crawford], y [Valeria Mazza]- que han sido madres en los últimos años. La maternidad ha llamado a su puerta y, por lo que parece, ella está más feliz que nunca.

En un mundo como el de la moda, habitualmente tachado de hipócrita y superficial, Helen Christensen demuestra que no es todo como algunos lo cuentan. Sus mejores amigas son compañeras de la pasarela. Es el caso de [Claudia Schiffer], [Carla Bruni], [Valeria Mazza], [Karen Mulder] y [Eva Herzigova]. Con ellas vivía los buenos y malos momentos y juntas salían de compras en busca de la otra gran pasión de Christensen: los bolsos y los zapatos. Eran otros tiempos.

"La vida real empieza cuando deje de ser modelo"
En una ocasión comentó: "La vida real empieza cuando deje de ser modelo". Por estas palabras podríamos deducir que la modelo danesa es consciente de que finaliza un ciclo de su vida lleno de fantasía y glamour. Tal vez, aquella fue su forma de anunciar entrelíneas el deseo de emprender otro rumbo en su agitada existencia. Sea cual fuere el significado de tal afirmación, lo cierto es que Christensen siempre se ha mostrado hermética, enigmática e inaccesible a la presión de los medios de comunicación. Sobre todo, tras la muerte, en 1997 de [Michael Hutchence], líder de la banda de rock australiana INXS y antiguo novio de la modelo. Ahora apenas concede entrevistas y sus apariciones en público han disminuido notablemente. La modelo danesa vive hoy apartada de la moda por decisión propia. Porque si ella quisiera, le sobraría trabajo y sus miles de admiradores podrían disfrutar de su presencia: las pasarelas están un poco huérfanas y son muchos los que, a gritos, piden su vuelta.

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