Francisco Rabal, a quien muchos preferían llamar Paco Rabal, nació el 8 de marzo de 1926, hijo de minero y molinera, en un pequeño coto minero cercano al pueblo de Águilas (Murcia). Siendo un niño de seis años, su familia abandonó su querida Murcia rumbo a Madrid, ciudad en la que trabajó en varios oficios, desde vendedor ambulante, hasta empleado en una fábrica de chocolate.
Electricista en un estudio de cine
Durante la posguerra, trabajó como electricista en los estudios de cine Chamartín y fue allí donde comenzó a hacer sus pinitos en el mundo de la interpretación. Sus primeros papeles fueron como figurante en algunas de las producciones que allí se rodaban, pero siguiendo los consejos del poeta Dámaso Alonso se animó a intentar trabajar en el teatro.
Padre de Teresa Rabal
Fue en 1950 cuando desempeñó sus primeros papeles de protagonista. El empresario teatral José Tamayo le dio su primera gran oportunidad al contratarle para que formara parte de su compañía, en la que conoció a su mujer, Asunción Balaguer, una excepcional actriz que fue capaz de abandonar su brillante carrera para dedicarle la vida entera a Rabal, con el que tuvo dos hijos: la arista Teresa Rabal y el director de cine Benito Rabal.
Su gran lanzamiento internacional
Paco Rabal llamó la atención del gran cineasta Luis Buñuel en la película Historias de la radio y decidió contratarlo para interpretar el personaje de Nazario en la película Nazarín, rodada en México. Este filme no sólo supuso su gran lanzamiento internacional, sino que le permitió iniciar una profunda amistad con Luis Buñuel, con quien colaboró en múltiples proyectos. A raíz de esta película, comenzó a trabajar con prestigiosos directores extranjeros como Antonioni o Visconti, mientras que en el cine español se decantó por los directores que forman el movimiento denominado "nuevo cine español", integrado por Carlos Saura, Miguel Picazo, Claudio Guerín o Jorge Grau.
¿Qué accidente tuvo Paco Rabal?
Uno de sus episodios más destacados de su vida fue el accidente que tuvo en 1963. El intérprete conducía un Mercedes por la autopista de Barajas, en Madrid, a altas horas de la madrugada junto a la actriz Emma Penella cuando colisionó contra la parte trasera de un camión. Por suerte, fueron auxiliados rápidamente por unos amigos.
'Los Santos Inocentes', su mejor película
A comienzos de los años 80 dio vida a diferentes personajes dirigidos por Mario Camus en La Colmena y Los Santos Inocentes, película por la que fue premiado como mejor actor, junto a Alfredo Landa en el Festival de Cine de Cannes.
Se llevó un Goya a casa
En 1990 trabajó a las órdenes de Pedro Almodóvar en la película Átame, pero uno de los papeles fundamentales de su vida sería el del pintor Francisco de Goya, a quien encarnó en tres películas diferentes. En 1999 dio vida al artista a las órdenes de Carlos Saura, papel que le valió el Goya a la mejor interpretación masculina del año. Con su actuación en la popular serie televisiva Juncal conquistó definitivamente al gran público. Sus descendientes (sus hijos, Teresa y Benito, y su nieto, el actor Liberto Rabal) tuvieron en él al mejor de sus maestros y él en ellos a sus mejores alumnos.
¿Qué fue de Paco Rabal?
Falleció de manera inesperada el 29 de agosto de 2001 a los 75 años debido a un enfisema pulmonar cuando viajaba en un avión procedente de Canadá con dirección a España. Paco Rabal, sin embargo, no volvería a pisar su tierra. Su avión tuvo que aterrizar de forma extraordinaria en Burdeos, Francia, después de que el actor sufriera un fuerte ataque de tos. Francisco Rabal había acudido a la ciudad canadiense de Montreal para asistir al 25 aniversario de la edición del Festival Films Du Monde, y aunque había pensado en retirarse su profesión era lo que él mantenía con vida.
Fue incinerado y enterrado en el pueblo que le vio nacer, la localidad murciana de Águilas, bajo un almendro al que acudieron fieles admiradores, amigos y vecinos a velar su cuerpo.
Ese mismo año recibió el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián, a título póstumo, en un emotivo homenaje. Paco Rabal dejó una huella imborrable en la historia del cine español, siendo recordado por su impactante presencia escénica y sus notables contribuciones a la cinematografía mundial.