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El torero Julian Lopez "El Juli" © Gtresonline

El Juli

Empezó siendo un chiquillo lleno de grandes sueños, que poco a poco se fueron haciendo realidad. Situado entre los grandes del toreo, ha conseguido colgar el cartel de "no hay billetes" en cosos difíciles de llenar y logró llevar a los toros a mucha gente que antes ni siquiera se había acercado a las plazas


Actualizado 21 de marzo de 2024 - 19:25 CET
Madrid, España

Cuando Julián López 'El Juli' tomó la alternativa en 1998 en la ciudad francesa de Nimes con tan sólo 15 años, los aficionados a los toros proclamaron que la Fiesta Nacional había resucitado. El joven torero madrileño traía aires nuevos: un variado repertorio con el capote, alegría con las banderillas y una gran seguridad con la muleta. Todas las virtudes de un torero estaban condensadas en 'El Juli'. Por eso, a partir de entonces, el diestro de Velilla de San Antonio (Madrid), quien se crió entre los barrios de San Blas y La Concepción, arrasó literalmente en todas las plazas del mundo.

Toreo por primera vez con 8 años

En su primera comunión toreó por primera vez un becerro y la sensación que tuvo fue tan brutal que pidió a sus padres ingresar en la Escuela Taurina de Madrid. Su padre, también novillero y banderillero, se convierte en su ejemplo a seguir mientras que sus dos hermanos mayores, Manuela e Ignacio prefieren ver los toros desde la barrera.

Su etapa en México

Pero lo suyo no fue una casualidad del destino, sino que el resultado de mucho trabajo y sacrificio, entre ellos dejar su familia atrás para perseguir su sueño en México, en España no tenía edad para torear, con las consecuentes penalidades que aquello conllevaba debido a su gran precocidad. "Viajar a México con trece años para mí fue el paso más difícil de mi vida, a día de hoy, porque yo he estado siempre muy cerca de mi madre, de mi familia, pero, sobre todo, de mi madre… Y en el momento en el que vi que de verdad me iba de casa y que dejaba a mi madre y a mis hermanos y me iba con mi padre y Armando fue un paso realmente drástico y difícil de asimilar" relataba el diestro con la madurez y la sabiduría que dan el paso de los años.

El toreo como forma de vida

Pero aquellos embistes de la vida merecieron la pena, pues 'El Juli' asegura que el toreo le ha dado todo en la vida. "Es mi forma de vivir y de expresarme. Solo me siento pleno como persona cuando toreo, porque es entonces cuando sale mi verdadero yo, sin ningún tipo de complejos ni de limitaciones de las que impone la vida normal. No hay ninguna sensación, por maravillosa que sea, que llene el alma como la de torear".

Situado entre los grandes del toreo, ha conseguido colgar el cartel de "no hay billetes" en cosos difíciles de llenar y logró llevar a los toros a mucha gente que antes ni siquiera se había acercado a las plazas.

Admirado y querido por el público, el madrileño se ganó el respeto de la afición con virtudes estrictamente taurinas. Cada tarde, salía a la plaza a triunfar o a morir, algo que ha quedado reflejado en las cornadas de su cuerpo. Sin embargo, Julián López siempre se recuperaba satisfactoriamente de todas ellas y volvía a saltar al ruedo con ilusiones renovadas.

Retirada

Con diferentes galardones en su haber, entre los cuales destaca la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, y tras veinticinco años de carrera, el diestro pensó que había llegado el momento de parar y se retiró de los ruedos con una corrida en Las Ventas de Madrid el sábado 30 de septiembre de 2023 y una en La Maestranza de Sevilla un día después poniendo así el broche de oro a una trayectoria impecable, rubricada con 1857 corridas, 3895 toros lidiados, 2883 orejas, 97 rabos, 32 indultos y 961 puertas grandes.

Su mujer, Rosario Domecq

Pero este torero, que comenzó su andadura siendo tan solo un chiquillo de grandes sueños no solo triunfó en las plazas, sino también en el amor, pues con tan solo 18 años conoció a Rosario Domecq, hija del exjugador de polo y ganadero Pedro Domecq y Urquijo y quien se convertiría en la mujer de su vida y en su mejor apoyo dentro y fuera de los ruedos. El inicio de este noviazgo no fue, ni mucho menos, un camino de rosas, ya que sufrió la pronta negativa de los padres de la joven, que no veían con buenos ojos la excesiva exposición a la que se enfrentaría su hija. Sin embargo, la discreción con la que los novios llevaron a cabo esos comienzos recondujo finalmente la situación.

Tras seis años de noviazgo, Rosario y Julián se dieron el “Sí, quiero” el 20 de octubre de 2007, en la Capilla del Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera. La novia lució un vestido de la firma de Miguel Palacio, combinado con una diadema de diamantes familiar. El banquete de bodas se celebró en la casa Palacio Domecq, propiedad también de la familia de Rosario desde el siglo XVII, y al que acudieron más de 400 invitados, entre los que estuvieron presentes empresarios, ganaderos y numerosas personalidades taurinas como Enrique Ponce, Finito de Córdoba o Javier Conde. 

Padre de tres hijos

Cuatro años después de la boda, el matrimonio anunció el nacimiento de sus dos primeros hijos mellizos, Rosario y Fernando, y, en 2014, el de la tercera, Isabel. El recato mediático con el que la pareja inició su relación ha seguido intacto durante el resto de la carrera del matador de toros. Julián y Rosario siempre han gozado de una vida discreta y reservada en la finca extremeña de 'El Freixo', donde pasan la temporada de invierno, y también en su residencia veraniega de Sotogrande, en Cádiz, donde suelen disfrutar de las épocas vacacionales.

Sus otros negocios fuera del toreo

Pero durante el tiempo que se jugó la vida en las plazas de todos y consciente de la pronta fecha de caducidad de un torero, Julián se preocupó mucho de invertir su patrimonio para no dilapidar de un plumazo todo su patrimonio durante su "jubilación". Y así invirtió parte de sus ganancias en la creación de la empresa Explotaciones Ganaderas Feligrés SL con el objeto de la crianza y compraventa de animales de granja, la contratación y promoción de festejos taurinos y la compraventa y explotación de bienes inmuebles. Un negocio que se suma a la gestión del Área de Servicio El Cerecedo S.L, destinada a la conservación, arrendamiento y explotación de todo tipo de inmuebles haciendo hincapié en las gasolineras.

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