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La diseñadora de moda Coco Chanel en 1954© GettyImages

Coco Chanel

Todo lo hizo Gabrielle Chanel antes que nadie. Ser una mujer revolucionara a principios del siglo XX no fue nada fácil, pero ella, tras una complicada infancia y adolescencia viviendo en un orfanato, demostró que nadie iba a frenar sus sueños. A la que llamaban Coco en los bares de la costa francesa mientras entonaba melodías junto a una de sus hermanas, hizo historia, pero no con la voz y su sentido musical, sino con su visión vanguardista sobre el armario femenino y la Alta Costura


Actualizado 19 de enero de 2024 - 18:52 CET
Saumur, Francia

Gabrielle Chanel, conocida como Coco Chanel, siempre será recordada por revolucionar el mundo de la moda. Y, mucho más que por cuestiones estéticas, lo hizo por demostrar al mundo que las mujeres no eran meras percha para el lucimiento de las creaciones de los grandes diseñadores. También eran capaces de crear, en su propio beneficio, con estilo y rompiendo con lo establecido.

Lo más importante que hizo Coco Chanel

Con sus colecciones, Coco Chanel cambió radicalmente la apariencia de la mujer y sentó las bases de la moda moderna, al tiempo que cambiaba la mentalidad de las féminas: al defender los trajes de chaqueta y sus masculinos y funcionales pantalones y jerséis de punto, defendía también una manera de vestir más cómoda y, en definitiva, una concepción de la mujer más libre.

Infancia difícil

Nacida el 19 de agosto 1883 en Saumur, un humilde pueblo de Francia, la pequeña Gabrielle perdió muy pronto a su madre. Su padre, abrumado por la situación, abandonó a la niña en un orfanato, donde fue educada por las monjas, algo que ella siempre intentó ocultar, al igual que su fecha real de nacimiento.

El triste destino de su hermana mayor

Tuvo cinco hermanos, aunque muy poco se sabe sobre ellos: tres chicos y dos chicas. Uno de los varones, Augustin, murió al poco de nacer y los otros dos Alphonse y Lucien fueron colocados como granjeros cayendo así en una especie de semiesclavitud que por aquel entonces era aceptada. Sus hermanas, una un año mayor que ella llamada Julia-Berthe, y otra de cuatro años menos que respondía al nombre de Antoinette, fueron internadas junto a ella en el orfanato, aunque la diseñadora siempre las mantuvo en el anonimato, pues para ella su pasado era terriblemente doloroso.

Julia-Berthe fue madre soltera de un niño, André Palasse, y murió en 1910 con solo 28 años. Se dijo que de tuberculosis, pero varios biógrafos apuntan al suicidio. Antoinette, por su parte, siempre fue la discreta mano derecha de la diseñadora y ayudó a su hermana a construir su inquebrantable imperio.

Sus inicios: una tienda de sombreros

Según distintas versiones, en torno a los 17 años abandonó el convento en el que vivía y trabajaba para convertirse en cantante de cabaret. De la mano de su amante, Etienne Balsan, un rico hombre de mundo de quien aprendió a moverse en sociedad pronto arribó a París donde dejó de lado sus actuaciones para abrir su primera tienda en 1913, una sombrerería que no tardó en tener gran éxito; tanto, que muy pronto la diseñadora inauguró su primer taller de costura, desde el que empezó, paso a paso, la revolución definitiva del guardarropa femenino.

Y es que Coco odiaba los corsés y las ‘estrecheces’, tan en boga en su época, así que se inventó un estilo que fue la primera en adoptar: la mujer del siglo XX, trabajadora, independiente y emancipada, necesitaba ropas cómodas y sobrias para ir al trabajo, un vestuario que le hiciera sentirse elegante sin dejar de ser ella misma.

El 'minivestido negro'

El color negro, la camelia, el ‘little black dress’, los trajes de chaqueta en ‘tweed’, las camisas blancas de líneas rectas, el pelo corto, los jerséis masculinos adaptados a la mujer, la ropa sport... Todo ello fue saliendo de su cabeza, y la sociedad del periodo de entreguerras lo entendió e imitó. La 'leyenda Chanel' había comenzado.

Sus amantes

Su vida estuvo llena de avatares, amantes y desencuentros. Uno de los escándalos más sonados de su vida fue su romance con un oficial nazi, hecho que la llevó al exilio en Suiza durante la II Guerra Mundial. París, sin embargo, le perdonó su error y a su regreso, en 1954, Coco no tuvo problemas para reinaugurar su actividad con enorme éxito. Por aquel entonces la francesa presentó al mundo una de sus colecciones más esperadas, en la que lanzó su famoso traje de chaqueta Chanel. Pocos años después, cualquier mujer de relevancia social tenía uno de esos diseños en su armario.

Su final en el hotel Ritz de París

La Grande Mademoiselle murió el 10 de enero 1971 en sus dependencias del Hotel Ritz de Paríscuando se encontraba embarcada en la preparación de su nueva colección. El mundo perdió a una de las grandes, pero su estilo y enseñanzas forman parte del inconsciente colectivo y cuya visión sigue hoy muy presente en la casa francesa, hoy en día capitaneada por Virginie Viard. El legado de Gabrielle se refleja de forma literal en todas las colecciones, donde no faltan los símbolos que forman parte del imaginario de la maison, como las perlas, las camelias o los trajes de tweed, por citar algunos ejemplos.

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