Se confiesa apasionado por todo tipo de música. De elegir, se queda con las baladas y los golpes de rock del Boss, Bruce Springsteen. A los diez años comenzó a tocar el piano y comprobó cómo nota a nota él podía componer sus propias canciones. Un poco más adelante, descubrió que también tenía facilidad para tocar la guitarra. Y ésta era más fácil de transportar en sus viajes.
Cuando finalizó sus estudios de secundaria se marchó a Inglaterra para perfeccionarse en la escuela de arte que dirige Paul McCartney. Allí se especializó en voz, composición y producción de estudio. La aventura con A1 comenzó con una serie de audiciones que tuvieron lugar en 1997. De ellas, salió una banda formada por Mark Read, Paul Marazzi, Ben Adams y el mismo Christian Ingebrigtsen. Los cuatro fueron elegidos frente a miles de aspirantes que se presentaron a las pruebas. Actuaron por vez primera en directo en noviembre de 1998. Desde entonces, han recorrido los más diversos países del planeta: de Australia a Japón, sin olvidar prácticamente toda Europa y Estados Unidos. Desde sus orígenes la agrupación cuenta con más de cuatro Top 10.
Los que conocen a Christian le definen como trabajador infatigable, apasionado por la música y muy sensible. Para él, el amor es un motor que mueve su vida: "Creo en el amor sin duda alguna. El amor es la cosa más importante que existe y te ayuda a sacar adelante todos tus proyectos". El amor y la buena literatura. Porque Christian no olvida meter en su maleta un par de libros por cada viaje: "Cada vez que leo un libro deseo sacar cosas de él que pueda aplicar a mi propia vida. Me gusta aprender y por eso soy muy aficionado a los libros de filosofía".
Con la música por pasión; la lectura por afición; y el amor por meta no es de extrañar que Christian Ingebrigtsen sea uno de los músicos más admirados de nuestros días...