Nombre: Chelsea Victoria Clinton
Nacimiento: 27 de febrero de 1980
Lugar: Little Rock, Arkansas
Chelsea Clinton sabe de mudanzas y grandes casas. Desde que, cuando apenas tenía dos años, nombraron a su padre gobernador de Arkansas, lo suyo ha sido un peregrinaje que la condujo, directamente, a la Casa Blanca allá por 1992, de la mano de Bill Clinton y su madre, la poderosa Hillary Rodham, más conocida por Hillary Clinton, Primera Dama de Estados Unidos durante más de ocho años.
Hacía muchos años, desde Amy Carter, la hija de nueve años de Jimmy Carter, que no había presencia adolescente en la Casa Blanca. Cuando Chelsea Clinton tomó posesión del recinto, sus padres se preocuparon por intentar preservar, lo máximo posible, la intimidad de la niña. Tanto es así, que incluso el por entonces Presidente y su mujer decidieron que la niña no saliera en las fotos oficiales de Navidad. Sin embargo, aquel aparente silencio sobre su persona se rompió en 1995, cuando Chelsea acompañó a su madre a un viaje por la India. Muchos fueron los periodistas que volvieron su mirada hacia aquella joven, a la que calificaron de inteligente y solidaria. Un año más tarde, volvió a repetir la experiencia de viaje oficial con su madre, y recorrió Italia, Alemania, Bosnia, Turquía y Grecia. En esta ocasión los reporteros alabaron su agilidad a la hora de elaborar un discurso y la naturalidad con la que se dirigía al público.
Cuando su padre finalizó su mandato, ella estaba en edad de seguir creciendo fuera del nido. Se matriculó en la Universidad californiana de Stanford. Y se dedicó a estudiar con tesón, incluso en los momentos más delicados, aquellos en los que el escándalo llegó al corazón mismo de la familia Clinton.
Una vez que se graduó en la Universidad de Stanford (junio de 2001), decidió seguir formándose y emular los pasos de su padre: para ello se matriculó en un máster de dos años en la británica Universidad de Oxford, para seguir cursos en Relaciones Internacionales. En esta centro académico conoció a Ian Klause, joven estadounidense que se convirtió durante meses en su más fiel acompañante.