Antonio David fue aquel por el que la hija de Rocío Jurado dejó su hogar, apenas alcanzada la mayoría de edad. Tras un año de convivencia, decidieron casarse en abril de 1996: un espectacular enlace, en la capilla que había mandado construir la cantante para su boda con Ortega Cano un año antes. Por aquellas fechas la joven ya estaba embarazada de su primer hijo: Rocío Flores Carrasco. La luna de miel la vivieron entre isla Mauricio y Miami. El fuerte carácter de Rocío Carrasco, y la aparente discreción de su marido, hizo que muchos mirasen con simpatía una unión entre jóvenes que parecían llamados a quererse por siempre.
Poco después el matrimonio vio incrementada la familia con un nuevo hijo: el pequeño David, que les ocasionó más de un susto por su, en un primer momento, delicado estado de salud. Pero parecía que las dificultades alimentaban su relación... Hasta que llegaron vientos de infidelidad. Aquel matrimonio, atípico por vital pero sólido por amor, vivió su definitivo naufragio en julio de 1999, cuando Rocío Carrasco habló por vez primera de separación.
Aquello fue la tempestad. Si durante su matrimonio habían afrontado juntos escándalos, como el de la irregularidad que cometió Antonio David en el ejercicio de su profesión como Guardia Civil, separados el escándalo se triplicó. Una tormenta de acusaciones cruzadas llenó páginas y espacios televisivos. La lucha por la custodia de los niños se hizo sin cuartel.
Antonio David, obligado por el juez a pasar una pensión de 140.000 pesetas mensuales a sus hijos, se negó desde un principio a afrontarla por considerar injusta la sentencia. Entre tanto alboroto sentimental, afectivo y económico, Antonio David sacó fuerzas de flaqueza y comenzó a centrar su actividad profesional como empresario. En un principio fue una inmobiliaria, Rocío Carrasco participó en ellas; luego optó por negocios de hostelería en las noches hispalenses; y entre tanto se entretuvo con una cadena de tintorerías...
Entre acusaciones y juicios(Antonio David llegó a poner una querella contra su ex suegra de más de 1.000 millones de pesetas), al ex Guardia Civil aún le da tiempo a buscar cierta estabilidad en el amor. Mientras su ex mujer mantiene una relación estable con Fidel Albiac, él vive el amor de la mano de Olga. Así es que, tal vez, los años devuelvan la calma allá donde sólo hubo fieras tormentas... de juventud.