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Ana García Obregón

Dicen que soñar es gratis y ésa parece haber sido la premisa que ha seguido Ana Obregón durante toda su vida. Dinámica, activa, emprendedora y trabajadora infatigable camina cumpliendo sueños


7 de noviembre de 2006 - 14:12 CET
Madrid

Nació en el seno de una familia de clase media alta. Su padre -arquitecto dueño de la constructora Jotsa- pagó sus estudios nocturnos con lo que sacaba de su trabajo como repartidor. Quizá por ello fue duro y rígido con sus hijos. "Había que esforzarse mucho para conseguir la paga semanal", recuerda. Buena estudiante, algo rebelde, su familia le apodó Antoñita la fantástica. "Estaba loca, mi vida de niña era como un parque de atracciones abierto las 24 horas del día". 

A los 13 años una terrible enfermedad estuvo a punto de acabar con su vida. Esto le hizo madurar de golpe. Colgó el título de Biología en un rincón de su pasado, junto a tres de Farmacia, cinco de Piano y ocho de Baile y Arte Dramático para dedicarse al mundo de la moda. Se marchó a Londres con 20.000 pesetas para trabajar como modelo.

Ha actuado en decenas de películas aunque la televisión ha sido el hada madrina que le tocó con la varita de la popularidad. Uno de los programas que le reportó más fama fue el concurso televisivo ¿Qué apostamos? junto a Ramón García, más tarde participó durante un año en Hostal Royal Manzanares dando vida a Sonsy y años después la serie televisiva Ana y los siete donde la actriz estuvo al frente durante tres años cosechando cerca de siete millones de espectadores.

Pero si por algo ha resonado el nombre de Ana han sido por sus romances. Sus amores han ocupado miles de páginas de papel cuché. Tras la dolorosa muerte, en accidente de tráfico, de Fernando Martín, Ana Obregón inició una relación con Alessandro Lequio, padre de su hijo Alex, quien vino al mundo en 1991. Después de una sonada ruptura, la actriz ha tratado de rehacer su vida sentimental aunque, como declara habitualmente, "mi hijo es el gran hombre de mi vida".

Por la vida de Ana han seguido pasando algunos hombres pero ninguno ha devuelto a Ana la estabilidad. Tras su ruptura con Lequio, la bióloga comenzó una relación con el ex futbolista Davor Suker con el que hasta pensó en formalizar su relación pasando por la vicaria. Sin embargo, Suker no estaba dispuesto a frenar su carrera deportiva y Ana tampoco quería abandonar España y poner rumbo Inglaterra, país al que Davor había sido destinado. Ninguno de los dos se quiso sacrificar por la relación y prefirieron quedar como amigos.

Entregada en cuerpo y alma a su hijo, Ana siguió ocupando páginas y páginas en numerosas revistas y más aún cuando saltó a la palestra su breve romance con Miky Molina. El romance fue muy fugaz y Ana pareció tomarse un tiempo muerto en el amor. En 2007 la presentadora y actriz volvió a sorprender a todos al aparecer junto a un modelo polaco rubio de ojos azules y sonrisa cinematográfica que respondía al nombre de Darek. Ana conoció al atractivo polaco en una de sus visitas a Los Ángeles y pronto le convirtió en su inseparable compañero. Sin embargo, tras pasear su amor en público su relación tan solo duró un año y en febrero de 2008 anunciaron su poco amistosa ruptura.

Ana continua haciendo algunos cameos en serie de televisión y buscando ese amor que parece no llegar nunca.

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