Alfonso Diez Carabantes, tercer duque de Alba, es uno de los once hijos de José Diez, un hombre muy conocido y popular en la capital palentina. Estudió en el colegio Hermanos de La Salle, perteneciente a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y muy pronto, a sus 20 años, decidió hacer las maletas y trasladarse a la capital para comenzar una nueva vida en Madrid.
¿Dónde trabajaba Alfonso Díez?
Comenzó la carrera de Información y Turismo, pero acabó abandonándola para prepararse unas oposiciones, con las que optó a un puesto como funcionario de la Seguridad Social.
Divertido y muy educado, Alfonso ha llevado una vida apacible, tranquila y discreta en el madrileño barrio de Chamberí, donde estableció su residencia en un piso de 94 metros cuadrados hace ahora casi 30 años y que años después cambiaría por uno un poco más grande. Amante del arte y amigo de sus amigos, Alfonso Diez es muy querido por los vecinos y comerciantes del barrio con los que mantiene muy buena relación. De hecho uno de sus hermanos, Pedro Diez Carabantes, es propietario de una tienda de antigüedades en el mismo distrito, donde el funcionario ha pasado todos estos años.
Alfonso, que heredó de su padre su pasión por las antigüedades y de su madre, Pilar Carabantes, su carácter afable, conoció a la duquesa de Alba a través de su hermano el anticuario hace más de treinta años. Su hermano Pedro mantenía una relación de amistad con Jesús Aguirre, el segundo marido de doña Cayetana, y no era extraño que éste visitara a los duques en el palacio de Liria. Se dice y se comenta, que Alfonso quedó fascinado con el carácter y la sabiduría de la duquesa de Alba cuando tuvo el placer de conocerla, aunque no volvió a coincidir con ella hasta 28 años después, más concretamente hasta el año 2008.
Su reencuentro con Cayetana
Por cosas del destino, Alfonso y doña Cayetana 'se cruzaron' a la salida del cine, y fue a partir de ese momento cuando ambos volvieron a 'reencontrarse' retomando una amistad ya casi olvidada. Disfrutaron de horas y horas de charla en las que recordaron viejos tiempos y se pusieron al día. La duquesa había enviudado por segunda vez en 2001 y Alfonso nunca se había casado. Desde ese momento, se volvieron inseparables y fueron muchas las apariciones públicas que realizaron juntos, demostrando que su relación iba más allá de una bonita amistad. Viajes, corridas de toros, tardes de compras, celebraciones, bodas... la duquesa volvía ser plenamente feliz, y eso no solo se reflejaba en su imperturbable sonrisa, sino también en su salud, ya que fue tan solo unos meses después de reencontrarse con Alfonso cuando doña Cayetana decidió poner fin a la hidrocefalia que padecía.
El último marido de la duquesa de Alba
Alfonso Diez llegó a la vida de la duquesa en el momento justo, y él y solo él ha sido el culpable de cambiar totalmente la vida de la duquesa tal y como ella misma ha confesado. Y tanto le cambió, que doña Cayetana volvió a dar el 'sí, quiero' a los 85 años.
Tras un noviazgo de tres años, la pareja anunciaba a finales de agosto de 2011 que su deseo de pasar por el altar se haría realidad el día 5 de octubre de ese mismo año en el palacio de Dueñas. Y a pesar de que no se lo pusieron nada fácil, pues Alfonso no contaba con la aprobación de los hijos de la duquesa, ésta supo tomarse su tiempo para dejar todo atado y bien atado, antes de su enlace.
Una vez convertidos en marido y mujer. Alfonso, tercer duque de Alba, abandonó Madrid y se trasladó a Sevilla, la ciudad que lleva en el corazón su esposa, para residir junto a ella en el palacio de Dueñas.
Su matrimonio duró apenas tres años y no porque su relación de amor, respeto y admiración se acabara, sino porque el 20 de noviembre de 2014, cogida de la mano de Alfonso, la vida de la duquesa de Alba se apagaba para siempre debido a una neumonía dejando al que se convirtió en su tercer marido completamente desolado. Una tristeza que quedó muy reflejada en el bello mensaje que Alfonso escribió en su corona de flores: "No sé si te he sabido decir lo que te he querido, lo que te quiero y lo que te querré".
Su discreta vida
Tras esta terrible despedida, Alfonso se decantó por la discreción y aunque en alguna ocasión señalada se le ha podido ver en algún acontecimiento de la familia de los Alba o de amigos cercanos a la duquesa lleva una vida casi anónima en Madrid y hasta el momento no se le ha conocido ninguna nueva pareja. "Cayetana ha sido fundamental en mis sentimientos en el pasado. En el presente, forma parte de mis pensamientos. En el futuro, cuando piense en ella, formará parte de lo mejor que he tenido en mi vida" declaraba Alfonso con motivo del quinto aniversario de la que fue la mujer más importante de su vida.