Cuando uno sabe hacia dónde van sus días, y sus pasos, ya sólo queda ponerse a trabajar en ello y tener, eso sí, talento. A la anterior fórmula ha de agregarse una dosis de buena suerte. Y constancia para seguir batallando a pesar de los fracasos. Así ha sido el camino ascendente de Adrien Brody, neoyorquino de cuna y vocación. Su madre, artista de la cámara y de la imagen, pero en este caso fija, le apoyó en todo momento. Así, siendo aún casi un niño, y gracias a un trabajo que su madre tenía que desarrollar, se matriculó en un programa especial de fines de semana en la prestigiosa Academy of Dramatic Arts and High School.
En 1988 hizo su debut televisivo, con Home at Last. Tuvo que esperar cinco años para ser rescatado de la pequeña pantalla por Steven Soderbergh. A partir de ese momento comenzó una carrera lenta pero firme que, sorprendentemente, pareció tambalear con La delgada línea roja. Cuando todos esperaban, Adrien Brody incluido, que su papel sería protagonista, a última hora, y por cuestiones de montaje y producción, se cortaron muchas de las escenas en las que aparecía.
Vino a rescatarle de este desastre, Spike Lee que pensó en él para su película, de 1999, Summer of Sam. Sin embargo, el papel que sin duda le ha consagrado como actor excelente ha sido el de Wladislaw Szpilman, el pianista judío retratado en la cruda película de Polanski. Tan intensa fue la interpretación, y tan contundente el argumento, que el joven Brody no dudó en afirmar que este papel le llevó a entender "de manera mucho más clara el significado de pérdida, de soledad, y el nivel de tragedia que mucha gente ha experimentado en este mundo; ahora doy mucha menos importancia a las cosas que no la tienen. Y eso es realmente valioso cuando eres joven". Adrien, quien consiguió un Oscar por este impresionante papel con tan solo 29 años, encontró la inspiración para realizar su papel en su propia herencia, ya que su padre, perdió a varios miembros de la familia durante el Holocausto, y su madre, quien huyó de la Hungría comunista cuando era tan solo una niña en 1956.
Amante del hip-hop, Adrien Brody ha llegado a ser comparado con Robert de Niro y Al Pacino, dos “calificativos”, que sin duda le halagan, aunque él prefiere ser recordado como quien es, sencillamente Adrien Brody.
A pesar de ser considerado una persona muy tímida, Adrien logró conquistar el corazón de una de nuestras actrices nacionales más bellas, Elsa Pataky, con la que comenzó una relación en el verano de 2006 que se prolongó hasta principios de 2009, aunque ninguno de los dos dio a conocer públicamente su ruptura. Durante su noviazgo, la pareja vivió una preciosa historia de amor, en la que hubo hasta un castillo de cuento de hadas, un regalo exclusivo del actor a su chica. Sin embargo las cosas no cuajaron y cada uno decidió tomar diferentes caminos, Elsa contrajo matrimonio con el actor australiano Chris Hemsworth, mientras que Adrien continúa en busca de su media naranja.
Con una de narices más características de la gran pantalla, Adrien, protagonista de películas como The Jacket, Hollywoodland o The Experiment, entre otros muchos trabajos, continúa seleccionando minuciosamente cada uno de sus trabajos, pues según ha confesado en más de una ocasión, a él le mueven más los guiones que el dinero que se embolsa en cada uno de sus papeles.