“Sus facciones, que son de las más perfectas que hay (muy triangulares), necesitan un poco de caída en la melena pero nunca con la medida que roce los hombros, porque le daría un aspecto más masculino y más duro. Necesita que su pelo se mueva y para que lo haga se necesitan dos cosas: contraste de color y un corte que no traspase los hombros”, apunta Alberto Cerdán, que matiza que en su opinión su medida ideal sería por debajo de la oreja. “Es un corte que, en líneas generales, puede favorecer a todos los rostros, simplemente hay que ajustarlo a la altura más favorecedora para cada mujer. A veces puede ser hasta medio cuello, y en otras ocasiones, rozar los hombros: es importante calcular la proporción exacta para favorecer los rasgos. Además, le sienta especialmente bien al pelo que tiene algo de 'gesto', que tiene cuerpo y movimiento, aunque sea sólo un poco de onda muy abierta”, nos cuenta el estilista Eduardo Sánchez, quien añade que si el cabello es ultra liso o bien muy, muy rizado, es mejor buscar otro tipo de corte. "No conviene tampoco que sea un pelo muy fino y escaso, ni muy voluminoso y con mucho cuerpo. Al corte lob le queda muy bien una técnica bicolor, que aporte luz en las puntas y, de esta forma, le dé movimiento y, sobre todo, realce el volumen y la profundidad del corte. Yo recomiendo técnicas tono sobre tono, para evitar el efecto raíz e imitar el efecto de la luz sobre el cabello”, explica el propietario de Maison Eduardo Sánchez.