Si hay un grupo de cosméticos que se ha posicionado como favorito en los últimos años, es el de los aceites. Ya sea para la cara, para el cuerpo o pelo, la nutrición que aportan es casi inigualable y gracias a los avances en el mundo de la belleza, aceite ya no es igual a grasa. Concretamente para el pelo, los aceites son los grandes aliados de la hidratación. Para puntas, para fortalecer, para reparar… Beneficios, muchos. Ahora bien, ¿y si te dijéramos que no hace falta romperse la cabeza buscando el aceite perfecto en el catálogo casi infinito del mercado actual? Uno de los remedios de nuestras abuelas, el aceite de ricino, está entre los actuales favoritos. Y es que se ha comprobado que este tipo de aceites naturales (ricino, coco, almendra…), no sólo hidratan y nutren, sino que aportan beneficios extra. ¿Está aquí el secreto del pelo largo, fuerte y sano? Juzga tú misma…
Beneficios del aceite de ricino
El aceite de ricino, extraído de las semillas de la planta Ricinus communis, es rico en ácidos grasos, vitamina E y proteínas, todos esenciales para la salud del cabello. Entre sus beneficios están la estimulación del crecimiento, ya que contiene ácido ricinoleico, que mejora la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, promoviendo el crecimiento del cabello; nutrición e hidratación máxima, reducción de la sequedad y de las puntas abiertas e incluso tiene propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a combatir problemas del cuero cabelludo y a reducir la caspa.
¿Cómo utilizar los aceites en el pelo?
La clave está en no abusar de la cantidad porque, aún con todos sus beneficios, no deja de ser un aceite (a menos que lo utilices como un tratamiento). La norma: calienta siempre previamente frotando entre las palmas de tus manos. Así conseguirás manejarlo mucho mejor. Estos son algunos de los usos más comunes:
1. Mascarilla capilar de tratamiento
Puedes aplicarlo tanto dividiendo el pelo en secciones, como en el cuero cabelludo en movimientos circulares, si quieres utilizarlo a modo de tratamiento. Déjalo actuar por la noche y lava a la mañana siguiente como harías normalmente.
2. Acondicionador sin enjuague
Aplicar una pequeña cantidad de aceite después del lavado puede actuar como un acondicionador sin enjuague, manteniendo el pelo hidratado durante todo el día. Esto es ideal en vacaciones, si vas a ir a la playa o a la piscina, para controlar el encrespamiento.
3. Sérum para hidratar las puntas
Una pequeña cantidad de aceite aplicada en las puntas ayuda a prevenir el daño y a mantenerlas saludables.
Recuerda que es clave no pasarse: con una medida del tamaño de un garbanzo en melenas muy largas o de un grano de arroz, en pelo corto, es suficiente (si quieres utilizarlo para nutrir tras el secado). Si lo usas a modo de mascarilla o tratamiento, puedes añadir un poco más.
Otros aceites naturales que son TOP para el pelo
El aceite de ricino es uno de los nuevos favoritos, pero hay más. E incluso hay quien los combina para complementar sus propiedades. Estos son otros de los aceites más populares que ayudan a que el pelo crezca fuerte, sano, brillante y bonito.
- Aceite de coco: rico en ácidos grasos de cadena media, el aceite de coco penetra profundamente en el cabello, proporcionando hidratación intensa y fortalecimiento. Si lo quieres combinar con el aceite de ricino, mezcla partes iguales de ambos. Puede crear una potente mezcla para el crecimiento y la salud del pelo.
- Aceite de almendras: es famoso por su alto contenido de vitamina E, ideal para suavizar y nutrir el cabello. Mezcla dos partes de aceite de ricino con una parte de aceite de almendras para una aplicación que no solo estimula el crecimiento, sino que también añade brillo.
- Aceite de Jojoba: similar al sebo natural del cuero cabelludo, el aceite de jojoba regula la producción de aceite y mantiene el cuero cabelludo saludable.
- Aceite de Oliva: conocido por sus propiedades hidratantes, el aceite de oliva es excelente para tratar el cabello seco y dañado, aportando suavidad y brillo.
- Aceite de aguacate: rico en ácidos grasos y vitaminas, este aceite penetra en el cabello para nutrir y fortalecer desde dentro.
Puedes repetir estos tratamientos caseros en casa con aceite de ricino u otros similares una o dos veces por semana. Eso sí, recuerda lavar bien después con champús que contengan agentes emolientes que eliminen los residuos.