Dar con un champú a medida para cada tipo de cabello, elegir fórmulas ultranutritivas en el caso de llevar mechas u otros trabajos de decoloración, acostumbrarse a aplicar un protector solar a diario también en la cabeza, cortarse periódicamente las puntas para sanear la melena, emplear los productos correctos cuando llega la primavera... A lo que queremos llegar con este acoso y derribo en forma de lista de imprescindibles para tener pelazo es a que, con todo y con eso, a veces notamos un exceso o falta de grasa, opacidad o crecimiento lento. Un resultado incomprensible tras todos los cuidados de los que se compone nuestro ritual y que podría deberse a una razón muy sencilla: no nos exfoliamos el cuero cabelludo. Y es que, parece ser que el gesto que hemos normalizado para renovar la piel del rostro o del cuerpo no nos parece esencial cuando hablamos de la de la cabeza, aunque sea precisamente desde donde nace cada pelo.
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La importancia del cuero cabelludo
"La belleza del cabello depende de la salud del cuero cabelludo. Si no lo exfoliamos, acaba ahogado y asfixiado por todos estos residuos e impurezas y puede reaccionar de 2 maneras", nos cuenta Miriam Quevedo, fundadora de la marca que lleva su nombre: la primera es que produzca un exceso de sebo, la raíz se asfixie y ello provoque una caída excesiva; la segunda afecta al crecimiento, porque los nutrientes y el oxígeno no llegan al cabello.
La Dra. María Rogel, dermatóloga especializada en dermatología estética y tricología del Grupo Pedro Jaén, lo confirma y nos explica que "el cuero cabelludo es un área de piel en la que existe una alta densidad de folículos pilosos de los que nace nuestro cabello. Al igual que en otras áreas corporales, esta piel debe estar sana para que esos folículos puedan funcionar de manera correcta". También revela que, si enferma, "favorecerá la microinflamación y oxidación del folículo piloso, provocando que el pelo se debilite e incluso empeorando cierto tipo de alopecias".
Cómo detectar un cuero cabelludo enfermo
El Dr. Carlos Morales Raya, especialista en dermatología estética, tricología y colaborador de HydraFacial, nos dice que, habitualmente, "los síntomas más frecuentes son picor y escozor, apareciendo signos como caspa, aumento del sebo, costras o granitos". Miriam Quevedo suma las puntas abiertas, la opacidad, la falta o exceso de grasa, el encrespamiento, "además de no conseguir que crezca tan rápido como cuando está sano, se rompe, aumentando la sensación de crecimiento frenado y la perdida de densidad". Por último, la doctora Rogel nos cuenta que "existen enfermedades que pueden producir inflamación del cuero cabelludo como dermatitis seborreica, psoriasis o dermatitis atópica, siendo esencial en estos casos extremar el cuidado del mismo".
Por qué es tan importante la exfoliación
Miriam Quevedo compara la exfoliación como una forma de "preparar el terreno": "Detoxifica el cuero cabelludo y el folículo de toxinas, residuos e impurezas. Tiene también un papel de activación de la micro-circulación del cuero cabelludo". Después, como describe la especialista de Grupo Pedro Jaén, "con el propio lavado arrastramos todos esos residuos así como los gránulos exfoliantes". ¿El resultado cuando se hace bien? "Permite un correcto flujo de la sangre, de nutrientes y oxigeno (y mejor absorción), mejora la permeabilidad del cuero cabelludo y permite llegar a una mejor eficacia con el resto del ritual", concluye Quevedo.
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La técnica correcta
Como para muchas será un paso nuevo, el Dr. Morales Raya nos cuenta cómo llevarlo a cabo: "La frecuencia va a depender de las necesidades de cada cabello. En cabellos largos, grasos y jóvenes, la exfoliación domiciliaria se puede realizar 1 ó 2 veces en semana; en cabellos secos, sensibles o pacientes más adultos, una vez cada 15 días". En cuanto a la técnica, "lo ideal es realizar la exfoliación antes del lavado, masajeando todo el cuero cabelludo para desincrustar y eliminar residuos. Posteriormente con el lavado y un champú adecuado, terminaremos de limpiar el cuero cabelludo de restos celulares y sebo", explica la doctora María Rogel, quien además enfatiza en la importancia del aclarado final.
Por último, Miriam Quevedo nos avisa de que en algunos casos sería recomendable realizar la exfoliación hasta dos veces por semana, cuando el cuero cabelludo esté "extremadamente intoxicado".
¿Exfoliación mecánica o química?
Al igual que ocurre con las faciales, también existen diferentes tipos de fórmulas en las que la limpieza profunda se realiza o bien a través de partículas que arrastran los residuos; o a través de una fórmula química parecida a los peelings faciales. En Miriam Quevedo cuentan con ambos tipos: para la mecánica, con Extreme Caviar Exfoliating Scrub Scalp Masque, y con Black Baccara scalp concentrate & pre-treatment exfoliator para la química. "De hecho, recomendamos realizar una doble exfoliación. No usar los dos productos el mismo día, sino alternar. Permite mejorar la permeabilidad percutánea del cuero cabelludo y potenciar la penetración de las potentes mezclas activadoras, regeneradoras o calmantes para ayudar a paliar/combatir la microinflamación en cuero cabelludo a nivel celular".
La experta en tricología de Grupo Pedro Jaén profundiza sobre la diferencia entre ambas tipologías: "Los exfoliantes físicos desincrustan residuos y restos celulares gracias a los gránulos que contienen y la acción mecánica. Los exfoliantes químicos por su parte, con activos como el ácido glicólico o ácido salicilico, controlarán la producción de sebo y realizarán un efecto peeling renovador de las capas más superficiales de la piel".
Tratamientos profesionales
Además de los rituales en casa, el Dr. Morales Raya nos descubre el protocolo en cabina de Hydrafacial que va un paso más allá: "Keravive es un sistema profesional médico de limpieza profunda del cuero cabelludo que exfolia, limpia y seborregula, a la par que infunde activos necesarios para su correcto funcionamiento". El resultado tras el tratamiento es que la piel se encuentra preparada para que el crecimiento del cabello sea óptimo. En cuanto a posibles complicaciones, el doctor nos dice que, "de manera general, no existe contraindicación para este procedimiento, incluso los cueros cabelludos sensibles son aptos. En todo caso se deberá consultar con el dermatólogo responsable de la clínica".
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Como opción que trata una posible consecuencia de un cuero cabelludo desequilibrado, la caspa, es la nueva gama Symbiose, de Kérastase, que ofrece un ritual de cuidados completo para combatir el problema y limpiar en profundidad los poros obstruidos del cuero cabelludo. Formulada especialmente para pieles sensibles, todos sus productos contienen ácido salicílico, piroctona olamina y bífidus, un trío muy potente a la hora de eliminar las escamas con una eficacia de hasta siete semanas, calmar irritaciones y, al mismo tiempo, hidratar el cabello. En la imagen destacamos el microexfoliante celular Micro-Peeling Cellulaire con efecto calmante y capaz de deshacerse con efecto inmediato las células muertas, aunque tan solo hablamos de un primer paso al que le sigue una rutina intensiva a base de dos champús (para cuero cabelludo graso o seco), crema acondicionadora, mascarilla revitalizante y sérum nocturno.
Contraindicaciones de la exfoliación
En cuanto a los casos en los que el ritual no esté recomendado, la Dra. Rogel nos asegura que "la exfoliación es un paso que todos podemos realizar en nuestra rutina, siempre que se adapte a nuestro tipo de piel para evitar dañarla. Debemos elegir el tipo de exfoliante y su frecuencia de uso según el tipo de cabello y el estado del cuero cabelludo". Aunque tiene un apunte: "En cabellos finos o debilitados y cuero cabelludo sensible utilizaremos exfoliantes suaves una vez cada una o dos semanas. En cabellos normales o gruesos y cuero cabelludo graso podremos usar exfoliantes más agresivos de una forma más habitual, entre una y dos veces en semana". Además, Miriam Quevedo añade que habría que evitarla "cuando la sensibilidad del cuero cabelludo sea extrema o por algún asunto médico que impida aplicar estos productos".
Otros gestos que ayudan
Además de la exfoliación, de la que ya hemos hablado en profundidad, nuestros tres expertos sugieren otros métodos complementarios. El Dr. Morales Raya insiste en la importancia de dar con un champú a medida para cada tipo de pelo y desmonta un mito: hay que realizar un "lavado frecuente cada 24-48 horas dependiendo del tipo de cabello y necesidad. Existe la falsa creencia de que lavar a menudo el pelo puede hacer que se caiga o predisponer a alopecia, nada mas lejos de la realidad". La Dra. Rogel nos dice que, además de utilizar champús adaptados a nuestras necesidades, hay que aplicarlos con un "masaje vigoroso y aclarando abundantemente con agua para evitar que queden residuos tras el lavado. Cepillar el pelo de forma habitual masajeando el cuero cabelludo evitará la acumulación de residuos y además mejorará la oxigenación del folículo piloso". Por último, desde Miriam Quevedo recomiendan la "doble limpieza con champú y peinarnos antes de la ducha para quitar el cabello muerto y partículas que se desprenden mejor en seco".
Y los que hay que evitar
"Para evitar que se acumulen residuos en el cuero cabelludo, sería recomendable no abusar de productos de peinado como lacas o gominas", nos advierte la Dra. Rogel. "Si lo hacemos, es importante retirarlos a diario y lavar el cuero cabelludo de forma frecuente. Aunque depende del tipo de cuero cabelludo, habitualmente recomendamos lavar el cabello cada 2-3 días para evitar el cúmulo de restos celulares y sebo, evitando así la proliferación de microorganismos que puedan desencadenar en problemas capilares".
Miriam Quevedo nos avisa del peligro de "aplicar un champú pensado solo en la fibra: la clave es el cuero cabelludo. Una limpieza capilar empieza por el cuero cabelludo no por la fibra, aunque tengamos el cabello largo". Además, "tenemos que limpiar el cabello masajeando con la yema de los dedos porque usar las uñas provoca irritación".
¿Se puede usar un exfoliante facial en el cuero cabelludo?
Para terminar, hemos planteado a nuestros expertos la pregunta que a muchas les habrá venido a la cabeza y es si se puede poner en práctica su consejo con el exfoliante que ya tenemos en casa, a lo que Miriam Quevedo responde: "Las partículas que usan para el rostro son mucho más pequeñas. Aunque se puedan encontrar ingredientes comunes entre los 2 tipos exfoliantes (el cuero cabelludo es piel), las partículas deberían ser mucho más gruesas para el cuero cabelludo de tal forma que pasen la barrera del cabello y actúen sobre esta piel específica (lo mismo pasa con el cuerpo: no usaríamos el mismo exfoliante para el rostro que para una pierna)".