Suena como si nos dijeran que cómo comemos o nos cepillamos los dientes desde que tenemos uso de razón es incorrecta, pero los expertos aseguran que hay replantearse la manera en la que nos lavamos el pelo en verano y que ya se lo agradeceremos después. ¿El premio? Llegar a la vuelta de las vacaciones con una melena brillante y saludable en lugar de deshidratada, deteriorada y opaca como ha pasado toda la vida. Y es que, si el resto del año tratamos de educar a los mechones para que aguanten limpios el máximo tiempo posible, los baños en la playa o la piscina obligan a pasar por la ducha (champú incluido) más a menudo y los peluqueros nos dan las claves para que no naufraguen por el camino.
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El cloro, la sal, el viento, los rayos UV... Estos son algunos de los sospechosos habituales a los que tu melena hace frente mientras disfrutas del buen tiempo. Los que más saben de cabello lo avisan cada año cuando se acerca el verano: sé minuciosa con tu ritual de cuidados para no llegar a septiembre con las puntas abiertas, el color oxidado, los mechones pidiendo hidratación a gritos y un largo etcétera de daños menos evidentes de los que ellos sí que se dan cuenta. Uno de los pasos que cambian en la rutina que pones en práctica en otras estaciones es el lavado: ahora tiene que ponerse en práctica siempre que sales de la playa o la piscina y por ello te van a venir muy bien estos 3 consejos que revelan los expertos:
1. Apuesta por fórmulas 'clean'
Desde Blow Dry Bar, la peluquería madrileña de concepto neoyorquino, recuerdan que "tendemos a lavarnos más a menudo el pelo en verano y, muchas veces, son los propios componentes del champú los que pueden amenazar la fortaleza de nuestra melena". ¿La solución para evitar el daño? "Si vamos a incrementar los lavados de nuestro cabello, más vale hacer uso de champús sin sulfatos. La clave es un champú orgánico, sin sulfatos, con propiedades antioxidantes y nutritivas, y con principios activos que prevengan los daños de la exposición al sol como la oliva o la jojoba".
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2. Agua dulce después de la playa o la piscina
Es el paso que neutraliza el deterioro que causa el cloro o la sal no solo en los niveles de hidratación, también en el color: "Enjuaga el cabello con agua dulce después de darte un baño en la playa o en la piscina. El cloro contiene cobre, que produce una reacción química por la que los rubios adquieren tonos verdosos. Para minimizarlo, humedece el cabello con agua de ducha antes de bañarte, para que el pelo no absorba el agua de la piscina. Y en la playa, cuando te bañes, enjuágate el cabello para eliminar la sal, que daña la protección natural del pelo", explican los expertos del 'spa' capilar Ma Belle Salon. Además, los peluqueros aconsejan que se utilice siempre agua tibia: la muy caliente estropea el pelo y la fría no es eficaz a la hora de eliminar los residuos.
3. Sécalo siempre por la noche
Es decir, no te duermas con el pelo mojado o húmedo. Si no quieres utilizar un secador, lávatelo con tiempo suficiente ya que, de lo contrario, se potencia el encrespamiento, los enredos, la rotura e incluso la aparición de hongos o la caspa. Además, tampoco recomiendan que se retire el exceso de agua mediante movimientos enérgicos con una toalla, lo correcto será hacerlo a suaves toques para evitar el frizz y proteger la integridad del cabello.