Champú, acondicionador y mascarilla: estos son los tres productos que cualquier ritual de cuidado del cabello debería incluir. Como paso más allá, los expertos señalan la importancia del cuero cabelludo, la base de una melena saludable que se trata a base de cosméticos específicos que purifican, revitalizan y rejuvenecen la zona responsable de que el pelo crezca fuerte y bonito. En el extremo contrario están las puntas, las que consiguen (si se mantienen en buen estado) que los mechones parezcan más densos y saludables y que también concentran una mayor cantidad de daños por tratarse de la sección más envejecida. Como antídoto antiecrespamiento y reparador de roturas están las fórmulas de nutrición intensiva, las mascarillas, y a pesar de haber formado parte de nuestra rutina desde siempre, todavía cometemos algunos errores a la hora de aplicarlas que reducen su efectividad. Descubre los tres principales y notarás cómo se multiplican sus beneficios.
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1. Aplicarla desde la raíz y no repartirla
Tratar todas las zonas del cabello con los mismos productos es un enfoque equivocado por el simple hecho de que cada una necesita cuidados diferentes. En la de las raíces, por ejemplo, el objetivo pasa por retirar el exceso de grasa y conseguir una limpieza efectiva y que dure en el tiempo, meta imposible si se aplica una fórmula de nutrición intensiva en el cuero cabelludo. La técnica correcta consiste en utilizarla desde la altura de las orejas hasta las puntas: "Ese es el único área donde se debe repartir la mascarilla para dejarla actuar. Si se extiende en la raíz, sólo se consigue ensuciar el cabello antes de tiempo", avisa Gisela Bosque, National Makeup Artist de Sephora.
Además, la experta añade que hay que repartirla por todos los mechones de manera regular: "Primero, con los dedos, desenredando a la vez que se aplica. Después, con un cepillo de púas separadas y, para las más concienzudas, finalizando con un peine de púas medias o finas".
2. Dejar que actúe más tiempo del recomendado
Parece mentira, pero los famosos rituales en los que se aprovechan días de relax para dejar la mascarilla de pelo durante horas y horas en realidad no ayuda a aumentar sus beneficios: "El cabello no absorbe más activos por dejar transcurrir más tiempo del necesario. La fórmula perfecta es aquella indicada por el fabricante, ¡no hay que complicarse más la vida!", exclama Bosque. ¿Un truco que sí que potencia el resultado? "Aplicarla en seco, no importa tanto el tiempo de exposición –bastaría dejarla 10 o 15 minutos-, como hacerlo en seco antes de lavar el cabello. Cuando el cabello está mojado, el agua impide que el producto penetre en la fibra capilar y no tiene una acción tan profunda", apunta Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez.
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Gisela Bosque también destierra el mito de envolver la cabeza con una toalla para que la mascarilla penetre mejor: "Para ser realistas, ¡la mayoría del producto se queda en la toalla! Si se quiere mejorar la absorción, lo mejor es aplicarla sobre cabello limpio y muy, muy bien escurrido, para luego envolver la cabeza en papel film o en un gorro de ducha de plástico, sobre los que luego sí se debe usar una toalla, cubriendo el conjunto y creando un efecto calor que permite que los activos entren mejor en la fibra capilar".
3. No enjuagar bien antes de aplicarla
Como último error que va a disminuir la acción nutritiva de esta fórmula intensiva, la especialista de Sephora señala al de aplicarla sobre una superficie demasiado húmeda: "Una vez lavado el cabello, hay que eliminar toda el agua posible del pelo", recomienda Bosque como paso previo a la aplicación, "cuanta más, mejor: si la fibra capilar está saturada de humedad, ni absorberá ni aprovechará bien los activos reparadores de la mascarilla", razona la experta.