Para presumir de melena en invierno ya te adelantábamos cuáles serán las mechas de moda según tu color de pelo este 2021. También conoces por fin cuál es el paso que le faltaba a tu ritual de lavado para que dure mucho más tiempo limpio, un prechampú que purifica al máximo el cuero cabelludo. Pero, si a pesar de todos estos cuidados notas las puntas más secas que nunca y el nivel de encrespamiento fuera de control, necesitas adaptar tu rutina para que el frío polar, el viento y los cambios extremos de temperaturas no afecten a tus mechones. Descubre por qué el agua caliente no es buena, por mucho que te apetezca en invierno, la importancia del tipo de gorros y bufandas con las que te abrigas cuando sales de casa y otros gestos fáciles que quizás no conocías para proteger tu cabello durante los próximos meses.
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1. La temperatura perfecta no es caliente
No hay nada que apetezca más cuando entras en casa congelada que meterte bajo la ducha y girar el grifo hasta que el agua salga prácticamente hirviendo. La mala noticia es que este placer invernal es uno de los que más estropea los mechones: "Daña la piel del cuero cabelludo e inflama las glándulas sebáceas provocando, a la larga, que la piel se reseque y aparezcan hasta problemas de caspa. Recuerda siempre aclarar con agua templada", aconseja Adolfo Remartínez, fundador de Nuggela & Sulé. Además, Modesta Cassinello, farmacéutica y creadora de la firma que lleva su nombre, apunta que ningún extremo es bueno pues las "temperaturas muy altas irritan el cuero cabelludo mientras que las muy bajas a veces no consiguen que el producto trabaje de manera eficiente".
2. El problema del secador
"En verano podías prescindir de él, pero ahora forma parte de tu rutina diaria. ¿Sabes lo que hace en tu melena? La seca en todos los sentidos, fragiliza las fibras de queratina, roba el brillo y degrada el color", explica el experto de Nuggela & Sulé, quien recomienda fórmulas como el Protector Capilar Total de la marca para blindar los mechones antes de usar herramientas de calor como secadores o planchas: "Además, el flujo directo de aire inflama el cuero cabelludo y entorpece la microirrigación sanguínea. Esta desnutrición del bulbo piloso puede provocar caída. Los protectores térmicos son imprescindibles". Otra opción que actúa como un escudo protector en tu cabello es el nuevo Original Remedies Tratamiento reparador sin aclarado Tesoros de Miel de Garnier, cuya fórmula enriquecida con miel de acacia y cera de abejas retiene la humedad, reduce la rotura y promete un 'efecto sellado' sobre las puntas abiertas.
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3. Cambia de champú
Al igual que la piel, que pide cremas más ricas y nutritivas durante el invierno, el pelo también precisa de un poco de ayuda extra para protegerse frente al frío: "En invierno, el cabello necesita fórmulas que aporten hidratación y cuiden la fibra en profundidad. Los champús nutritivos son la mejor opción porque además reestructuran y fortalecen el cabello", aclara Caroline Greyl, presidenta de Leonor Greyl. Sonia Atanes, directora del salón de taninoplastia SAHB, coincide con la experta de la marca francesa y añade que "el cambio de champú y acondicionador es muy importante dependiendo la época del año. Es un error utilizar siempre el mismo y de ahí que los tamaños de venta sean de 250 o 300ml. Lo adecuado es observar que necesita nuestro cabello en cada momento, si protección, volumen, nutrición, elasticidad, hidratación…".
4. Un extra de hidratación
Mascarillas nutritivas, sprays acondicionadores sin aclarado, fórmulas con activos hidratantes... Un ritual de cuidado del cabello que incluya este tipo de fórmulas no solo ayuda a combatir la sequedad y a evitar la aparición de puntas abiertas, también mantiene a raya el encrespamiento: "Los cambios bruscos de temperatura tan propios del invierno (3 grados en el exterior y 25 en los espacios interiores) afectan notablemente al cabello y hacen que pierda hidratación. Las mascarillas y acondicionadores resultan imprescindibles en esta época del año", asegura Adolfo Remartínez. Como ayuda aparte, la presidenta de Leonor Greyl tiene una propuesta: "Para evitar el encrespamiento, nada como extender un spray hidratante ligero ¡y sin aclarado! sobre el cabello. Tantas veces al día como se desee, porque además lo mantendrá bien hidratado y protegido frente al frío".
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5. La ropa de abrigo adecuada
Además del diseño o la calidad, lo único que le pides a un gorro de lana o una bufanda es que abriguen bien, sin embargo, tu pelo exige mucho más de la moda invernal, como que sea capaz de mantener alejada la electricidad estática: "Es mayor en invierno y hay que tener cuidado con los materiales sintéticos que ponemos en contacto con el pelo a través de gorros o bufandas ya que son grandes conductores de la electricidad. Los cepillos de cerdas de jabalí también son imprescindibles para evitarla, así como utilizar champús más nutritivos que aporten peso al cabello", aconsejan desde Leonor Greyl.
6. La dieta del 'pelazo'
Para terminar, la filosofía de eres lo que comes es la correcta a la hora de cuidar tu melena los 365 días del año. La buena noticia es que Modesta Cassinello señala a la dieta española por excelencia, la mediterránea, como ideal para cuidarse por dentro y que se note por fuera: "La dieta Mediterránea es un patrón alimentario muy adecuado para cuidar nuestra piel y nuestro cabello, además de ser asequible para la unidad familiar", apunta la especialista. También añade los múltiples beneficios que consigue en todo el organismo pues "tiene muy en cuenta la calidad de los alimentos que forman parte de la dieta, la moderación en el tamaño de las raciones, el mantenimiento del peso, la realización de ejercicio físico de forma regular, un buen descanso, una correcta hidratación y una adecuada gestión del estrés y todos estos factores también influyen en la calidad de la piel y el cabello".