Una de las pegas que la mayoría de mujeres le pone a su piel son los puntos negros. Esta queja casi universal se produce por tener los poros de la cara - generalmente de la zona T (nariz, barbilla y frente) - más dilatados de lo normal, una apertura que hace que la polución, el maquillaje, el humo y cualquier mota de suciedad los tapone, lo que da lugar a los puntos negros. El mantra de que hay que sacar el lado positivo a todas la situaciones se puede aplicar perfectamente a la que ahora vivimos, pues puedes convertir los días sin salir en la excusa para poner a prueba los tratamientos de limpieza profunda que descongestionan los poros. Y es que, ahora que llevas varios días con la cara lavada o con un maquillaje (muy) minimalista, estás alejada de las calles y su contaminación y tienes más tiempo libre de la cuenta... la guerra contra las imperfecciones comienza ¡YA!
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El poder de la doble limpieza
"Hemos podido comprobar una gran diferencia de luminosidad y perfección del grano de piel entre la gente que lleva una rutina de limpieza muy estricta y la gente más laxa en este aspecto. Por tanto, es primordial desmaquillarse y/o limpiarse la cara cada noche y volver a hacerlo a la mañana siguiente, para retirar todas las impurezas acumuladas durante la noche por la propia actividad de la piel", la explicación que nos daba Junior Cedeño, Internacional Make Up Artist de Dior, sobre lo que te separa de tener un cutis bonito está en lo disciplinada que seas con tu ritual de limpieza. Desde Germaine de Capuccini también avisan de la importancia que hay que darle a esta rutina: "Hay que lavarse dos veces, mínimo al día, el rostro. Depende del tipo de piel de cada persona. Por ejemplo, para una persona con piel seca es suficiente lavarlo una vez al día, por la noche. En cambio, una persona con rostro graso debe hacerlo dos veces al día".
Además, si encuentras el limpiador ideal para tu tipo de piel no solo mejorará la apariencia de los puntos negros, también consigues potenciar el efecto de tus cremas de cuidado: "Los expertos facialistas aseguran que la limpieza profunda del cutis es el primer tratamiento beauty necesario para que cualquier posterior crema o ritual facial funcione. Incluso el maquillaje precisa de un cutis impoluto, libre de grasa o polución", aseguran desde la marca experta en piel.
Exfoliación sí, pero en su justa medida
Una vez se ha superado la fase de limpieza diaria, llega el turno de poner en poner en práctica tratamientos más profundos. "Si tienes una piel grasa y con tendencia al acné es muy importante que sigas una rutina de limpieza diaria muy rigurosa. Lo ideal es hacerla dos veces al día (mañana y noche). Las aguas micelares o un exfoliante 1-2 veces por semana son una buena opción", aconsejan los expertos de Bionike. Y es este último paso el que consigue eliminar las imperfecciones a las que los desmaquillantes no llegan: "Con la exfoliación, la piel respira mejor, se estimula la oxigenación celular y se absorben los nutrientes y principios activos de los productos y cremas hidratantes que apliquemos después. Pero, ¡cuidado con hacerlo más de una vez, o dos, a la semana! Puede causar sequedad e inflamación, destruyendo las células sanas y promoviendo la hiper pigmentación del cutis", explican desde Germaine de Capuccini.
En cuestión del método de aplicación de los productos exfoliantes más vale maña que fuerza: si presionas demasiado la piel puedes causarle irritaciones y también que el grano abra aún más el poro debido a la intensidad del gesto. El movimiento correcto es suave y en sentido circular, incidiendo durante más tiempo en las partes del rostro con propensión a los brillos y a la aparición de puntos negros, que suele coincidir con la famosa zona 'T'. Otra alternativa son los limpiadores de poros, los cuales deberás usar con moderación y siguiendo las indicaciones del fabricante.
Sauna facial
Por último y para ir al foco del problema, Meritxell Martí, farmacéutica y colabora de ¡Hola! explica que la extracción es la vía más rápida, el problema es que sin los métodos profesionales se corre el riesgo de infectar el poro o de provocar una sobreestimulación del folículo. ¿El resultado? Un granito al día siguiente que se nota mucho más que el punto negro que había en su lugar. Es por ello que mantener una higiene absoluta resulta clave para realizar este ritual con éxito, tener la piel muy limpia y colocar una gasa en cada mano antes de extraer la imperfección es fundamental para conseguirlo.
Para facilitar mucho la tarea, la experta recomienda una sauna facial, que consiste en aplicar vapor cálido en el rostro para que se abran los poros: "Los baños de vapor directo o las toallas húmedas a modo de mascarilla encima de la piel ayudan a 'soltar' la parte queratinizada (la suciedad del poro), lo que facilitara la extracción, saldrán mucho más fácilmente sin tener que apretar tanto". ¿El punto final de este ritual casero? Meritxell apunta a la aplicación de frío sobre la zona como la solución más efectiva de evitar la infección y levantarte al día siguiente con una piel lisa y sin irritaciones.