En vacaciones, es normal que ni tu cabello, ni tu piel, ni siquiera tu cuerpo estén tan cuidados como habitualmente. Y tampoco tus uñas. Ahora posiblemente no cuentes con los profesionales en los que sueles confiar para realizar tu manicura, uno de los servicios más extendidos entre las españolas desde que el esmaltado semipermanente y las uñas de gel y acrílicas se pusieran tan de moda. Sin embargo, esos mismos expertos que normalmente mantienen tu manicura perfecta nos han dado las mejores claves para retirarla y retocarla en casa, ahora que posiblemente haya comenzado a cuartearse o romperse, a la espera de que puedas volver a visitar sus salones.
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Esmaltado semipermanente
Hay diferentes tipos de manicuras permanentes y cada una necesita una técnica distinta para retirarla. La más sencilla de quitar es la de esmaltado semipermanente, una de las más solicitadas en los salones. Irene Palacios, manicurista de Slow Life House, nos explica que para retirarlo sin dañar la uña, uno de los principales riesgos, primero hay que "limar la primera capa de esmalte semipermanente, lo justo para quitar el brillo o una capa de color, reduciendo el grosor". Después, se sumergirán las uñas en acetona pura o un remover especial hasta que comience a caer. "Si utilizamos quitaesmalte clásico, el proceso será mas lento y tendremos que pulir varias veces", completa.
Una vez retirado el esmaltado semipermanente, Irene aconseja aplicar una base fortalecedora para evitar que se rompan y rehidratar la zona de la cutícula con aceite hidratante. Este último cuidado debería aplicarse a diario, así como "también es conveniente limarlas y limpiarlas, para mantenerlas sanas hasta llegar al salón de manicura", aconseja.
Manicura acrílica o de porcelana
Estos dos tipos de manicura se retiran con un proceso similar al esmaltado semipermanente aunque algo más largo, según nos explica Elena Daudova, del salón Daudova Beauty. "Primero, con la ayuda de una lima, quitamos solo la capa superior de la cobertura. Después aplicamos una crema hidratante en la cutícula para evitar que se irrite con la acetona. A continuación, empapamos pedacitos de algodón en acetona, colocamos uno sobre cada uña y envolvemos cada una en papel de plata para que no penetre el aire", anumera los pasos a seguir.
Deja actuar la acetona unos 35 minutos, tiempo tras el que puedes quitar el papel de plata, uña por uña para evitar que el material vuelva a endurecerse al entrar en contacto con el aire. "Con la ayuda de un palito de naranjo, quitamos los restos de la cobertura, con cuidado de no dañar la placa ungueal (la superficie de la uña). Si el producto se desprende con dificultad, es necesario repetir el procedimiento anterior", afirma esta experta en manicura acrílica. Sí, la paciencia (también) viene bien aquí.
Uñas de gel
¿Llevas una manicura de gel y se te está empezando a estropear o, directamente, te has cansado y te la quieres quitar en casa? No tenemos buenas noticias para ti: "No es posible eliminar el producto con acetona u otro disolvente, sino que hay que limar", afirma Elena Daudova. Para ello, necesitarás una lima bastante abrasiva y mucha precaución para no tocar la uña natural a medida que vas quitando las capas de gel. Por eso, "si no se tienen desprendimientos superficiales", Elena recomienda no quitarlas y limar solo el largo, una opinión con la que coincide Irene Palacios. "También se puede limar el escalón que queda entre la uña de gel y la uña natural sin dañar esta última, y después esmaltar encima con cualquier esmalte normal que tengamos en casa. Es preferible hacer esto antes que intentar quitárselas y dañarse la uña", explica.