Mucho se ha hablado de la rutina de las coreanas para tener una piel impecable. Y es que tanto los rituales de belleza de las habitantes de este país asiático, como muchos de sus cosméticos, se han hecho un inmenso hueco en Occidente por méritos propios. A ellas les debemos, por ejemplo, haber incorporado el uso del tónico en nuestro día a día. Pero, ¿y qué hay de su pelo? Los expertos de MiiN Cosmetics, especialistas en cosmética del país asiático, quienes nos indican que allí el cabello suele ser muy fino y delicado, pero a la vez pueden presumir de un pelo muy brillante y fuerte. Detrás hay un secreto que se resume en cinco pasos que hemos sometido a examen.
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Así, todo comienza realizando una exfoliación capilar. ¿Qué se consigue con este paso, para muchos un auténtico desconocido? Al igual que sucede con la piel del resto del cuerpo, ayuda a eliminar las células muertas del cuero cabelludo que luego retiraremos con el champú. Así, tal y como explican en Miin, las coreanas suelen utilizar un cepillo antes de lavarse el cabello, aunque lo cierto es que la tendencia que pega fuerte en Corea es el exfoliante capilar, más suave y sin aceites nutritivos, pero parecido al scrub facial. ¿Cuándo y cómo usarlo? Se recomienda una vez a la semana, sobre todo si tienes el cuero cabelludo graso o espacias demasiado el tiempo entre lavados.
La doctora Ana Molina, dermatóloga de Clínica Dermatológica Internacional, nos ha comentado que "básicamente la principal novedad de este ritual es precisamente la exfoliación capilar. Efectivamente aunque es algo más novedoso, sí que se recomienda realizar una exfoliación del cuero cabelludo un par de veces al mes". Coincide en afirmar que "el pelo y cuero cabelludo pueden beneficiarse de una exfoliación que los libere de la acumulación de restos de productos de cuidado capilar y otras sustancias que van depositándose, como las siliconas, partículas de polución, etc. Con una exfoliación adecuada, no sólo ayudaremos a favorecer el desprendimiento de las escamas y células muertas, también controlaremos el exceso de sebo. Se puede realizar con productos como el ácido glicólico o el pitirionato de zinc, que ya traen muchos champús y lociones".
Llega el momento del lavado, una vez que tenemos el cuero cabelludo preparado. Así, el segundo paso es limpiar las impurezas que tiene el cabello y esas células muertas retiradas precisamente con la exfoliación. Hay que aplicar el champú, insistiendo en el cuero cabelludo (que no olvidemos que es el que nos debe hacer elegir una u otra opción), pero sin descuidar las puntas. Los expertos nos cuentan que a diferencia de lo que se suele hacer en los salones de peluquería de nuestro entorno, allí no suelen aplicar champú dos veces, con una sola vez, es suficiente. Eso sí, hay que masajear bien y elegir el producto correcto, el más adaptado a nuestras necesidades.
Una vez lavado el pelo, toca desenredar y acondicionar el pelo en un tercer paso, para evitar indeseadas roturas y conseguir una melena más bonita. Eso sí, recomiendan evitar desenredarlo con un cepillo, para que no se rompa, al estar mojado. Es el momento del cuarto paso: nutrir, una vez a la semana (si tienes el cabello muy seco) o como un tratamiento de choque para después del verano, y sus mejores aliadas son las mascarillas, aunque hay quienes optan por una solución casera: añadir aceites en las puntas cuando nos encontramos ante un pelo especialmente castigado.
El último paso tiene como objetivo lograr que el cabello se mantenga fuerte y evitar la caída, tan habitual en los meses de otoño. Para conseguirlo, suelen utilizar fortalecedores de forma diaria, algunos en forma de vaporizador, que se aplican en la raíz para cuidar el cuero cabelludo.