Desde hace pocos meses ha surgido una tendencia de belleza que sorprende por su genialidad: combinar el color de la sombra de ojos con el del vestido. Este maquillaje de ojos, además de facilitar el dilema de elegir el tono con el que embellecer la mirada, aporta unidad al look de una forma que tan solo la monocromía puede conseguir. Otra de sus ventajas es su camaleónica capacidad de adaptarse a momentos casuales o eventos de etiqueta lo que lo convierte en un resorte ideal para darle un toque especial a la mirada antes de ir al trabajo o como la clave con la que hacer de la mirada el mejor complemento para una fiesta nocturna. Éstas son las características de la sencilla técnica monocromática con la que escapar del sempiterno negro sin miedo a fallar.
Selena Gomez ya lo hizo allá por mayo cuando maquilló sus párpados superiores con un ahumado en clave grisácea que combinaba con la desenfadada camiseta de algodón con la que acudía a un concierto de su amiga Taylor Swift. Desde aquel look la cantante sentó las bases de lo que se convertiría en una tendencia a la que se apuntan muchas celebrities que se atreven con propuestas más coloridas como la modelo Elsa Hosk, quien ofrece una imagen ultra luminosa gracias a la sombra clara en tono beige-dorado a juego con su jersey palabra de honor o su vestido de fiesta con apicaciones brillantes; o Lily Aldridge, quien maquilla su mirada a juego con su camisa vaquera con un resultado ultra sofisticado.
Lo que demuestra este trío de ases es que la tendencia se presta a cualquier interpretación y que no existe color que esté vetado, la única premisa consiste en que éste sea el mismo que la prenda de ropa elegida para la ocasión. En cuanto a la técnica de aplicación, la libertad absoluta vuelve a ser la máxima de la ola monocromática con la que comenzar el nuevo curso y ya sea con un dramático ahumado o a través de una sola pasada de vibrante color… el éxito está asegurado.
Eso sí, la única recomendación consiste en no olvidar la máscara de pestañas para que la forma de los ojos no se desdibuje al rodearla de tanta información cromática. Se debe aplicar tanto arriba como debajo si la sombra cubre ambos párpados o reservarla excusivamente a las pestañas superiores según el look. Si después de este paso aún se desea un poco más de definición, el eyeliner negro terminará de enmarcar por completo el ojo y el color del pigmento en contraste con el negro.