Consigue un aspecto más saludable, que la ropa de cualquier color siente bien y, además, logra que las ojeras y otros signos de cansancio sean menos visibles. Sí, el bronceado consigue maravillas en el rostro aunque tomar el sol en esta zona esté bastante desaconsejado: su piel es de las más delicadas de todo el cuerpo, por lo tanto, la que se arruga antes; se corre el riesgo de sufrir problemas de hiperpigmentación (manchas oscuras); y, por supuesto, puede ser la causa de enfermedades muy graves como el cáncer. Por todas estas razones, la técnica conocida como sun stripping es la forma más segura de imitar el favorecedor efecto del sol con un maquillaje natural y sin tener que pasar horas sobre la toalla.
La última celebrity que se ha apuntado al sun stripping es la modelo Camila Morrone. Su maquillador de confianza, Hung Vanngo, ha sido el artífice de un veraniego look en el que un bronceado de aspecto natural actúa como la base perfecta de un ahumado de ojos en tonos tierra. La buena noticia es que la técnica con la que se consigue es totalmente apta para principiantes y, además, adecuada para utilizarse tanto de día como de noche.
El paso a paso se lleva a la práctica con la ayuda de una brocha de polvos y un colorete melocotón (también funcionan los bronceadores de subtonos cálidos): aplicar el blush en una línea horizontal que viaje de sien a sien pasando por el centro de la nariz, es decir, sobre las zonas en las que naturalmente se notarían los efectos del sol tras un día entero tumbada en la playa o la piscina. Para acentuar el resultado, se puede repetir el proceso pero siempre difuminando muy bien el producto para no perder la naturalidad.
Como opción de colorete en tonos melocotón, L’Oréal Paris acaba de lanzar una colección que incluye el blush Wake up & Glow, una fórmula con aceite de coco y de melocotón, con aroma a fruta y creada específicamente para lograr un aspecto saludable. Y para las que prefieren el acabado de los polvos bronceadores, los Terracotta Light de Guerlain son la opción perfecta para conseguir el ansiado 'efecto buena cara' gracias a su combinación de diferentes colores tierra cálidos.