Uno de los ejercicios más básicos del método hipopresivo consiste en conseguir una autoelongación de la columna, al mismo tiempo que inclinamos el eje de gravedad hacia delante, de manera que el peso corporal queda apoyado sobre la base de los dedos de los pies. La mirada al frente con la columna cervical en línea con el resto de la columna. Los brazos extendidos y con ligera abducción, para mantener estables las escápulas. Desde esta posición inicial, realizamos dos respiraciones completas y a la tercera soltamos todo el aire, y sin volver a inspirar, realizamos una apertura costal. Es lo que se llama apnea espiratoria, en la que se bloquean las vías respiratorias a la vez que se abren las costillas, de forma que se observa cómo se forma una cavidad en la barriga debido a la disminución de la presión interna. Por su complejidad, se recomienda acudir a un entrenador que nos guíe en las primeras sesiones para aprender bien la técnica. Independientemente, la apnea sirve para potenciar cada una de las posturas que se realizan, pero lo que es hipopresivo es la postura.