Ya sea por una cuestión genética, porque se te ha ido la mano con las pinzas en alguna ocasión o a consecuencia de un tratamiento médico, es habitual ver cómo nuestras cejas han perdido grosor, sufren escasez de pelo, se han redondeado en exceso o incluso descubrir pequeñas calvas. Llegados a ese punto, es normal que nos asalte el temor de ver nuestra cara desdibujada y de perder ese marco cargado de personalidad que imprimen unas cejas pobladas. Y es que, esta parte de nuestro rostro tienen una función mucho más importante de la que creemos, capaz de definir nuestros rasgos, enmarcar nuestra mirada e incluso rejuvenecernos. Por eso mismo, un largo adecuado, un ángulo equilibrado y la forma idónea podrán ayudar a mudar tu aspecto, resaltar tus ojos, suavizar tus facciones y favorecerte sobremanera. ¿Sufres de cejas poco pobladas y buscas una solución? Entonces permanece atenta a la nueva técnica que te presentamos: las extensiones de cejas.