En su juventud fue una auténtica musa de la belleza y, durante su madurez, Ángela Molina conserva todo el atractivo de la serenidad y la naturalidad de la que ha hecho su verdadera bandera. El paso del tiempo le ha hecho envejecer con una elegancia fuera de lo común y su larga cabellera canosa se ha convertido en una de sus señas de identidad.
Guiada por la pasión en todas las facetas de su vida, a sus 61 años puede presumir de haber tenido una exitosa trayectoria cinematográfica que comenzó cuando apenas contaba con 20 años. A pesar de su atractivo, se desvinculó de la corriente del destape a finales de los años 70, enfocando su carrera hacia papeles de más calidad con contenido político y social. En aquella época lucía una imagen muy distinta a la actual con una melena castaña clara.