Seguro que lo has oído un millón de veces: una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio para quemar calorías son los pilares sobre los que debe descansar un estilo de vida destinado a prevenir el sobrepeso y la obesidad. Y lo que es todavía más importante: no existen ni las dietas milagro ni recetas mágicas para perder peso y, por eso, lo recomendable es siempre ponerse en manos de un médico especialista para que nos recomiende la mejor dieta; sobre todo cuando no se trata simplemente de perder 3 o 4 kilos, sino que existe un problema de sobrepeso u obesidad.
Dicho esto, en ¡Hola! En Forma te recomendamos ciertos trucos que te pueden ayudar a no engordar y, de paso, quietarte esos kilillos de más que tanto te incomodan.
¡No te saltes ninguna comida!
Todos los especialistas coinciden en que lo ideal sería realizar cinco comidas al día, repartidas entre el desayuno (que debe ser abundante), un tentempié ligero a media mañana, el almuerzo, la merienda y la cena (que debe ser ligera). De esta manera activamos el metabolismo, llegando a las comidas principales con menos hambre y evitando el picoteo entre horas.
Además, el desayuno puede ser la comida más deliciosa y completa si la planificamos correctamente e incluimos todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
¡Toma mucha fruta!
Incluye en tu dieta frutas y verduras, de alto contenido en agua, además de hidratos de carbono de absorción lenta (legumbres, hortalizas, la fibra de los cereales integrales…) y reduce la ingestión de hidratos de absorción rápida (como por ejemplo la miel, el azúcar, harinas refinadas y derivados, como los dulces). Lo recomendado es consumir mínimo 1 ración de verdura al día y 3 de fruta.
Los vegetales y frutas son una fuente de salud. Las verduras contienen proteínas y tienen la ventaja de que no nos aportan grasas saturadas ni colesterol. Además, las de hoja verde (como las acelgas, las espinacas, los berros…) son alimentos que también contienen bastante calcio. Inclúyelas en tu menú diario como acompañamiento, salteadas o en caldos. En cuanto a las frutas, por lo general, son perfectas para una dieta hipocalórica por su bajo valor energético; aunque las hay que aportan más calorías (plátanos, uvas, higos, chirimoyas y frutas tropicales).
Come de manera relajada
Procura comer despacio y saboreando los alimentos y no conviertas la comida en una manera de canalizar el aburrimiento y la ansiedad. Además, masticar despacio los alimentos hace que se facilite la labor digestiva y el organismo alcanza antes la sensación de saciedad.
¡Haz ejercicio!
Una regla de oro para perder peso: realizar ejercicio físico de forma regular. Porque una cosa está clara: si consumes más calorías de las que quemas, indudablemente, la consecuencia es un aumento de peso. Tampoco se trata de que te ‘encierres’ en el gimnasio: olvídate del ascensor, ve andando al trabajo, apúntate a natación, a clases de baile… Todo vale con tal de que acabes con el sedentarismo y, por ende, quemes calorías.
Cocina saludable
A la hora de comer saludable, no solo debemos tener en cuenta el tipo de alimentos que ingerimos; sino también cómo los comemos. Es decir, tenemos que prestar atención al método de cocinado que empleamos. Lo ideal es cocinar los alimentos a la plancha o al vapor y dejar a un lado los fritos.
¿Cómo debe ser tu dieta?
Perder peso implica adoptar una dieta que sea alta en fibra, baja en grasa y equilibrada en proteínas e hidratos de carbono. No te olvides de completarla con la ingestión de vitaminas (B, C) y minerales (zinc y cromo) y, por supuesto, ¡bebe agua!
Lee: Así debería ser tu plato para una dieta sana y equilibrada
¡Incluye fibra en tu dieta!
Si tienes problemas de estreñimiento, toma fibra (por ejemplo una cucharadita de salvado); es la mejor manera de mejorar el tránsito intestinal.
La fibra se encuentra principalmente en cereales integrales, legumbres, verduras (acelgas, zanahoria, col, lechuga, champiñones, etcétera) y frutas (manzana, naranja, kiwi...).
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Todo requiere su tiempo
Y, sobretodo, recuerda que es un error someterse a una dieta que nos haga perder peso en muy poco tiempo. Todo el peso que se pierde rápidamente se gana con la misma rapidez. La pérdida de peso debe ser lenta y progresiva.
¡Cuidado con estos enemigos de la salud!
Evita el alcohol, los refrescos azucarados o la bollería industrial. Son alimentos con un alto contenido en azúcar y, por tanto, perjudiciales para nuestra salud.
En resumen, llevar una dieta sana y equilibrada, así como hacer ejercicio de forma regular para quemar calorías deben formar parte de nuestros hábitos de vida. De nada sirve seguir una dieta para perder peso durante un periodo de tiempo si, luego, una vez conseguido el peso ideal, volvemos a cometer los mismo errores.