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Enciclopedia de SPF: qué tipos de filtros solares existen y cuál es el mejor para tu piel

Te explicamos cómo encontrar tu crema protectora ideal


24 de mayo de 2024 - 11:28 CEST

A pesar de que el uso de protección solar a diario cada vez es más común en la población, las cifras siguen diciendo que el número de melanomas se está triplicando.

Con la intención de que esta guía se lea los 365 días del año y no sólo en la época de más calor, queremos ayudarte a elegir tu mejor SPF desde hoy mismo. Porque si algo es esencial en cualquier rutina, es una buena protección solar. De poco sirve saberte de memoria la lista de ingredientes de cualquier crema antiedad si en tu día a día vas sin la protección necesaria para que el sol eche a perder todo el trabajo. 

En otras palabras, la protección solar es la clave para mantener la buena salud de la piel y prevenir daños como el envejecimiento prematuro, quemaduras  y en última instancia, cáncer de piel. Y precisamente, vivimos en un país en el que si hay algo de lo que podemos presumir, es de horas de sol. Pero ojo, porque detrás de esas tardes de sol interminables, está la radiación que nuestra piel está recibiendo. Esta radiación está compuesta, como explica Gema Herrerías en su libro ‘La guía definitiva para el cuidado de la piel’, “por radiaciones de diferentes longitudes de onda y cada una de ellas emite una energía. Las más relevantes y que afectan a la superficie de la piel, son los intervalos ultravioleta A y B (UVA y UVB)” (radiación visible e infrarroja). 

Y aunque tiene una parte positiva a nivel psicológico ya que nos permite sintetizar vitamina D, también provoca daños visibles, los eritemas y quemaduras. Porque, ¿sabías que el bronceado no es más que tu piel defendiéndose de forma natural con sus propios recursos de la radiación solar? Todo esto es lo que vemos, pero es que también hay una parte que no vemos, y es el daño que tenemos que recordar que la radiación nos causa a nivel del ADN celular. 

Dicho esto, creemos que queda más que evidenciado que elegir un buen filtro solar es más que necesario. Así que aquí tienes toda la información que necesitas para elegir bien. 

- Los expertos opinan qué es lo que no le debe faltar a tu piel a cada edad

A pesar de que el uso de protección solar a diario cada vez es más común en la población, las cifras siguen diciendo que el número de melanomas se está triplicando.

Con la intención de que esta guía se lea los 365 días del año y no sólo en la época de más calor, queremos ayudarte a elegir tu mejor SPF desde hoy mismo. Porque si algo es esencial en cualquier rutina, es una buena protección solar. De poco sirve saberte de memoria la lista de ingredientes de cualquier crema antiedad si en tu día a día vas sin la protección necesaria para que el sol eche a perder todo el trabajo. 

En otras palabras, la protección solar es la clave para mantener la buena salud de la piel y prevenir daños como el envejecimiento prematuro, quemaduras  y en última instancia, cáncer de piel. Y precisamente, vivimos en un país en el que si hay algo de lo que podemos presumir, es de horas de sol. Pero ojo, porque detrás de esas tardes de sol interminables, está la radiación que nuestra piel está recibiendo.

Esta radiación está compuesta, como explica Gema Herrerías en su libro ‘La guía definitiva para el cuidado de la piel’, “por radiaciones de diferentes longitudes de onda y cada una de ellas emite una energía. Las más relevantes y que afectan a la superficie de la piel, son los intervalos ultravioleta A y B (UVA y UVB)” (radiación visible e infrarroja). 

Y aunque tiene una parte positiva a nivel psicológico ya que nos permite sintetizar vitamina D, también provoca daños visibles, los eritemas y quemaduras. Porque, ¿sabías que el bronceado no es más que tu piel defendiéndose de forma natural con sus propios recursos de la radiación solar? Todo esto es lo que vemos, pero es que también hay una parte que no vemos, y es el daño que tenemos que recordar que la radiación nos causa a nivel del ADN celular. 

Dicho esto, creemos que queda más que evidenciado que elegir un buen filtro solar es más que necesario. Así que aquí tienes toda la información que necesitas para elegir bien. 

Tipos de filtros solares

Los filtros solares se dividen en dos categorías principales: filtros químicos (u orgánicos) y filtros físicos (también conocidos como minerales o inorgánicos). Cada uno tiene sus propias características y ventajas.

Filtros químicos

Los filtros químicos funcionan absorbiendo los rayos UV y transformándolos en calor, que luego se disipa. Es decir, absorben la radiación solar agresiva y la transforman en radiación solar no agresiva, como si fuera una esponja. Este tipo de filtro es más popular porque tiende a ser más ligero y fácil de aplicar pero a su vez puede ser más irritante ya que penetra en la piel. 

Filtros Físicos (Minerales)

Los filtros físicos actúan como un escudo que refleja, refracta y dispersa los rayos UVA y UVB. Los ingredientes principales en este tipo de filtros son el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Son ingredientes que no penetran en la piel, sino que se quedan en la superficien, así que no son tan irritantes como los anteriores (ideales para las pieles sensibles), además de que son más seguros para el medio ambiente y minimizan el riesgo de alergias. Pero también cuentan con algún inconveniente, como que en este caso es más frecuente que dejen residuo blanco y son más espesos y densos.

Existen otro tipo de filtros solares menos comunes, como los filtros organominerales, que funcionan con un mecanismo de doble acción: por absorción y por dispersión. En esencia, son filtros físicos, pero insolubles en agua y otros disolventes minerales, así que esto hace que cuenten con la ventaja de ser altamente filtrantes de radiación UVA y tener una alta tolerancia en piel. 

También están los filtros biológicos, que más que un protector solar al uso, son sustancias con función antioxidante para contrarrestar el daño oxidativo que provoca la radiación UVA. Antes de que lo cuestiones, su valor no es como el de otro tipo de protección solar clásico, sino que ayuda a proteger antes y después. Hablamos aquí de ingredientes como las vitaminas A, C y E, ácido ferúlico u otros como los ingredientes inmunoprotectores que preservan las defensas de la piel, como explica Herrerías. 

Cómo elegir bien el protector solar

Aplicar cantidad insuficiente, no reaplicar, olvidarnos de cubrir algunas zonas… todo ello, son causas por las que la capacidad protectora de nuestro solar, pierde eficacia. Eso, unido a que no hagamos una buena elección del producto en función de nuestras necesidades. Por eso, aquí van algunos consejos de la experta tanto para elegir, como para usarlo bien. 

Al elegir un protector solar, debes tener en cuenta varios factores, como tu tipo de piel, la actividad que realizas al aire libre y otras cuestiones.

Tipo de piel

Las personas con pieles sensibles deberían optar por filtros solares físicos, ya que son menos propensos a causar irritación. Busca protectores solares sin fragancias ni parabenos para minimizar el riesgo de reacciones alérgicas.

Si tienes piel grasa o propensa al acné, busca protectores solares no comedogénicos y libres de aceite. Los filtros químicos de textura ligera suelen ser una buena opción, pero también hay filtros físicos diseñados para pieles grasas.

Por su parte, las personas con piel seca deben elegir protectores solares que contengan ingredientes hidratantes, como ácido hialurónico o glicerina. Los filtros físicos suelen ser más hidratantes y pueden ser beneficiosos para este tipo de piel.

Si practicas deportes al aire libre o pasas mucho tiempo bajo el sol, elige un protector solar resistente al agua y al sudor. Los filtros químicos con alta resistencia al agua son una buena opción.

En el caso de los niños, los protectores solares físicos son ideales para los pequeños, ya que tienen un menor riesgo de irritación y son más seguros para pieles delicadas.

Pero además, debes tener en cuenta las condiciones de exposición (como la altitud, hora solar, reflexión de la superficien de exposición, nubosidad o índice UVI de la zona en la que estés. 

Sun secure spray pocket SPF50, SVR

Este cómodo solar es una leche fluida hidratante fluida y aterciopelada que ofrece una protección solar muy alta. Está especialmente indicada para pieles normales a secas. No deja marcas blancas y es muy resistente al agua, a la transpiración y al roce. Precio: 10,99 €

FusionWater MAGIC, Isdin

Fotoprotector facial de textura ultraligera y fase acuosa externa con acabado final sedoso. Ideal para las personas con piel grasa o propensa a acné. Precio: 22,99€. 

Sports invisible protective mist, Shiseido

Este protector solar está diseñado específicamente para realizar deportes o actividades al aire libre. Es en formato spray y tiene una textura ultra ligera y de rápida absorción, que mantiene la piel fresca incluso cuando se está activo, resistiendo al calor y sudor. Precio: 49,99 €.

Cómo usarlo bien

Recuerda que, si vas a estar expuesto más de una hora al sol, aunque no estés en la playa, también tienes que renovar la protección. Como norma general, dice la dermatóloga que “se tienen que volver a aplicar al menos cada 6 horas, porque sus componentes se van degradando con el tiempo”. 

Además, es necesario evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16h, teniendo especial cuidado entre las 10 y las 14h, que es el momento de máxima radiación UVB. 

Para saber qué cantidad aplicar, los expertos recomiendan una cantidad de unos 34 gramos para cubrir toda la superficie corporal de una talla media, es decir, unas 6 cucharas de café aproximadamente y 2 líneas en dos dedos de las manos para la cara. Si aplicas menos cantidad, la eficacia será 3 veces menor (y más riesgo de quemadura solar). 

Otro consejo tremendamente importante es que, antes de exponerse al sol, la piel debe estar completamente limpia de maquillajes y otros cosméticos con base alcohólica o esencias vegetales que puedan después crear reacciones de fotosensibilidad y fomentar que aparezcan las manchas en la piel. 

Así que una vez elegido el protector solar ideal, asegúrate de aplicarlo generosamente y con frecuencia para obtener la máxima protección. Y sí, aunque el día esté nublado, también. 

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