Los días fríos hacen mella en nuestra piel. El contraste entre las bajas temperaturas exteriores y las calefacciones en los espacios cerrados deshidratan la capa superficial del cutis y lo resecan, un problema que se agrava con el viento, la contaminación, el ambiente seco... Además, al haber menos horas de sol, el tono se apaga y las rojeces y otras imperfecciones salen a la luz, especialmente en pieles sensibles.
Por todo ello, es muy importante añadir en nuestro neceser productos que hagan una función de barrera en nuestra piel para ayudar a mantener la hidratación necesaria. "En primer lugar, es recomendable la utilización de cremas que dispongan de principios activos regeneradores, reparadores y protectores”, explica Joaquín Pinar, experto de la firma de cosmética natural Wherteimar. “Básicamente, productos con texturas ricas, activos calmantes, regeneradores, protectores y antiinflamatorios son la mejor solución para este tipo de pieles. Nos ayudarán a eliminar la molesta sensación de tirantez e irritación”, añade, y también especifica cuáles son las zonas más delicadas: labios, laterales de la nariz y manos.