"En esta época del año la piel se vuelve más seca y sensible. La aparición de rojeces también es habitual. El frío, los cambios bruscos de temperatura y la falta de humedad que se produce en invierno hacen aumentar la deshidratación, por lo que es importante aportar a nuestra piel una ración extra con los productos adecuados. Productos que hidraten, protejan y reparen la piel", afirma Eva Otero, Cosmetóloga de Laboratorios Alter.