Nadie duda de que la innovación y la tecnología, tanto en procesos como en ingredientes, pueden conceder a los cosméticos casi superpoderes. Pero, ¿y si la respuesta para mantener un rostro bonito estuviera en nuestra propia piel? Con esa teoría como punto de partida nació hace más de cuatro décadas la cosmética basada en la ecobiología, que surge de la unión de "ecosistema" (las interacciones) y "biología" (ciencia de la vida). Aplicado al cuidado de la piel, significa que esta es un órgano vivo y en constante interacción con factores como la contaminación o el sol. Y en este enfoque, estudiar cómo actúa la piel de manera natural, se ha basado desde su origen el grupo cosmético NAOS, empresa a la que pertenecen las prestigiosas firmas Institut Esthederm y Bioderma, dos de las favoritas de las mujeres con la piel sensible... y sana.
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Qué es la ecobiología aplicada a la cosmética
Mientras algunas novedades cosméticas incorporan plantas o microorganismos animales -es el caso del famoso plancton marino presente en muchas cremas-, existen otras fórmulas que lo que buscan es replicar el comportamiento natural de la piel sana para cuidarla de la manera más natural. Esto es precisamente lo que se conoce como ecobiología, según nos explica Marta Garnica, Responsable de Formación del Grupo NAOS. "Se trata de un enfoque científico único basado en el respeto absoluto por la piel. Apoyándonos en la piel sana como modelo, desarrollamos productos destinados a fortalecer los procesos de adaptación y defensa de la misma, imitamos sus mecanismos fisiológicos aportando a la piel exactamente lo que necesita, ni más ni menos", nos cuenta.
Aunque parezca innovador, fue hace casi medio siglo cuando Jean-Noël Thorel, el farmacéutico y biólogo fundador del grupo NAOS, "desafió la forma de entender la industria cosmética creando este planteamiento rompedor pero respetuoso basado en la ecobiología", afirma Garnica. “La piel más que tratarla en exceso, hay que enseñarle a vivir de acuerdo a su biología natural”, era el lema de este experto en cosmética y cuidado del rostro.
Piel sana, piel bonita (de forma natural)
Según Garnica, la principal diferencia con otros enfoques es que "la cosmética tradicional trata, pero no previene. El enfoque ecobiológico nos lleva a actuar en la causa profunda del problema, no solo en las consecuencias; de esta forma, con la ecobiología, conseguimos desarrollar soluciones efectivas y sostenibles". Son muchos los profesionales de la belleza que abogan por profundizar en la raíz de las arrugas, las manchas o las rojeces, pero generalmente lo hacen desde una filosofía holística (que incluye la alimentación, los factores externos, el descanso o el estrés, etc.) y no puramente cosmética, como proponen desde NAOS.
En sus nuevas fórmulas, como el Sérum Intensivo de Vitamina C² de Institut Estherme o el Sébium Kerato+ de Bioderma, la ecobiología se traduce en "seleccionar ingredientes biomiméticos que son directamente asimilados por la piel", concreta. "En cada uno de nuestros productos incluimos diferentes patentes que actúan de forma profunda en el problema ayudando a la piel a reequilibrar sus funciones habituales, y ofreciendo al cliente un equilibrio entre eficacia y tolerancia". Para ello, sus novedades se someten a estudios clínicos para evaluar los resultados y los posibles efectos. ¿El objetivo? Ajustar las fórmulas para lograr los mejores y más rápidos resultados sin alterar el funcionamiento natural de las células cutáneas sino, al contrario, potenciando su salud.