Lo que podemos aprender de las mujeres que están realmente en forma es que mantienen la disciplina los 365 días del año y no solo durante los meses anteriores al verano. De esta forma es cómo consiguen una progresión constante y fortalecen su organismo no por estética, también por salud. Según la ciencia, las claves para que un plan de estilo de vida saludable tenga éxito se sostiene sobre pilares como el ejercicio en pequeñas dosis pero practicado casi todos los días de la semana y un plan de alimentación equilibrado en el que no falten ninguno de los macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Sin embargo, los que pasan sus días en el gimnasio y se dedican profesionalmente al fitness conocen otros factores de los que depende que la evolución física no se estanque y a continuación los compartimos para evitar frustraciones si vas a tomarte en serio el entrenamiento.
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1. Respetar el descanso
Desde la plataforma Move with us, creada por la experta Rachel Dillon, explican que "dormir es una de las herramientas más subestimadas en lo que respecta a la salud y al fitness. Por mucho que escuchemos cuan importante es tener una buena rutina de sueño, algunos no le dan a la higiene del sueño la atención que realmente se merece". De hecho, la actriz y gurú del bienestar Gwyneth Paltrow, ha hablado en varias ocaciones del clean sleeping, que prescibe un descanso lo más adecuado posible a riesgo de sufrir desajustes hormonales, inflamación e incluso problemas en el sistema inmunitario. Desde Move with us añaden que, como resultado de un descuido en este aspecto, "todo, desde la salud en general hasta el desempeño deportivo o las funciones cognitivas, comienza a sufrir por la falta de descanso crónica que se acumula".
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2. Comer bien
Un error de principiante (y muy común) en materia de fitness consiste en no comer lo suficiente ni darle al organismo los nutrientes que necesita para entrenar. El equipo de Dillon señala a los conocimientos en nutrición como fundamentales a la hora de saber qué es lo que necesita la musculatura para desarrollarse adecuadamente y recuperarse lo antes posible. Como guía para seguir una dieta óptima, los especialistas del Club Metropolitan tienen un consejo: "Intenta no consumir alimentos y platos copiosos y muy grandes, aunque estos sean saludables. Puedes intentar moderar la ingesta de carne roja y sustituirla por pescado al menos tres veces por semana. Además, minimiza el consumo de grasas malas y prioriza aquellas más saludables, como el aceite de oliva o los aguacates".
3. Contar los pasos diarios
Es una gran manera de combatir el sedentarismo a diario. Los expertos son conscientes de que no todos los días se pisa el gimnasio y de que incluso algunas sesiones de entrenamiento resultan menos provechosas que otras en función del estrés puntual o el nivel de cansancio y motivación. Sin embargo, las caminatas funcionan como un recurso eficaz para mantener al organismo permanentemente activo y la buena noticia es que la mayoría de los smartphones incluyen la opción de traquear los pasos y, por supuesto, los relojes inteligentes. En cuanto al objetivo óptimo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda diez mil a lo largo de la jornada, aunque la meta ideal pasa por aumentar progresivamente el recorrido.
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4. Beber agua
Por último, mantenerse hidratado es fundamental siempre, aunque cuando se hace ejercicio frecuentemente el hábito resulta aún más crucial: "Recomendamos llegar a los 2,5 litros de agua cada día para permanecer hidratados y reponer la pérdida de fluidos en la sesión de entrenamiento. No te olvides de que el café, el té y otras bebidas pueden incluirse en el total", recuerdan desde Move with us. Además, existen alimentos como la sandía, la naranja, el melón,el tomate, la merluza, el huevo hervido, el yogur, algunas verduras de hoja verde, el pollo y muchos más que destacan por su alto contenido en agua.