El gluten es una proteína que se encuentra en la semilla de muchos cereales como son el trigo, la cebada, el centeno o la espelta y algunas variedades de avena. Según la doctora Mar Mira, codirectora de la Clínica de Medicina Estética y Nutrición Mira+Cueto, “muchas personas retiran el gluten de su dieta porque no les sienta bien y notan distensión abdominal y molestias con su consumo, a pesar de haberse descartado mediante las pruebas médicas pertinentes una celiaquía”. Entonces, ¿si dejamos de tomar gluten, mejora el aspecto de la piel, el cabello y nos sentiremos más deshinchadas? Para la dietista- nutricionista y fundadora de Gu Nutrición, Gabriela Uriarte “si no eres sensible al gluten, no”, explica.
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¿Por qué me sienta mal el gluten?
“Muchas veces, efectivamente, al retirar del consumo habitual el gluten mejoran las molestias digestivas que podamos tener”, sostiene Mar Mira. ¿A qué se debe esto?
“La gran mayoría del trigo que se distribuye y consumimos es trigo modificado genéticamente para que las cosechas sean más abundantes y resistentes a pesticidas, plagas e inclemencias meteorológicas”, explica la doctora. “Todo esto se traduce en que el trigo que consumimos, tan integrado en la alimentación mediterránea, no es igual al que consumían nuestros antepasados y, en general, puede ser más proinflamatorio, acarreando estas molestias digestivas de las que hablamos”, afirma. Ese abuso de gluten por parte de la industria alimentaria hace que aunque no seamos ni celiacos, ni sensibles al gluten, ni alérgicos a esta proteína (que son tres cosas distintas, por cierto) nos pueda sentar mal. Se nos hincha la tripa, tenemos malestar, gases…
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¿Qué me pasa si dejo de tomar gluten?
En principio, según nos dice Salvador Ferrando, miembro de la Unidad de Endocrinología y Nutrición en colaboración con un equipo de psicólogos y entrenadores personales del Instituto Médico Ricart, no tendríamos por qué notar nada si dejamos de tomar gluten porque “el gluten no es esencial si consumimos otros cereales o pseudocereales que contienen determinadas vitaminas y minerales que son beneficiosas para la salud como por ejemplo el trigo sarraceno”. Ahora bien, lo mejor es llevar una dieta variada y equilibrada. Así como no es recomendable cambiar el arroz por la quinoa o la patata por el boniato sino consumir unas cosas y otras en las cantidades adecuadas, lo mejor es que aportemos a nuestro cuerpo nutrientes distintos procedentes de alimentos diferentes.
¿Cuál es la solución a la hinchazón y cómo consigo una piel y un pelo bonitos?
Según Mar Mira, “la solución está en consumir harinas sin procesar y ricas en nutrientes como las de centeno, quinoa o legumbres en lugar de, simplemente, retirar el gluten cuando no somos celíacos”. Como siempre, ¡en la variedad está el gusto! ¡Y la salud!
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Somos lo que comemos
Dice Gabriela Uriarte que “una dieta saludable es aquella que se basa en materia prima fundamentalmente vegetal con fuentes de proteínas, grasas y carbohidratos de calidad y que, además, permite una buena relación con alimentos no nutritivos y con tu propio cuerpo”. Tanto es así que absolutamente todo lo que comemos (o no comemos) se refleja en nuestro estado mental y físico.
Así lo constata el dietista- nutricionista Salvador Ferrando, quien nos da varios ejemplos:
- Un defecto en proteínas puede provocar que el pelo se debilite o que nos falten colágeno y proteínas en la piel.
- Un defecto en grasas puede producir una mala hidratación porque el pelo y la piel tendrán menos componentes lipídicos para nutrirse.
- El cabello también puede perder brillo y coloración por culpa de una mala función del hígado.
- También existen problemas como acné o psoriasis cuando la alimentación es de carácter proinflamatorio.
Respecto a la piel y el pelo, que son dos de las mayores preocupaciones que tenemos, añade Mar Mira:
- La piel es muy sensible a la carencia de vitaminas como la A y C, el el hierro, los ácidos grasos esenciales y el zinc.
- El pelo es muy sensible a la carencia de zinc, selenio, hierro, vitaminas B, E, calcio, proteínas y ácido fólico.
- Si no tenemos una alimentación adecuada nuestro pelo es más seco, fino, quebradizo, se caerá más, será menos elástico y brillante. Por otro lado, la piel estará menos luminosa, más deshidratada y tendrá más tendencia a la flacidez.
Para terminar, Gabriela Uriarte nos recuerda que lo que comemos (y no comemos) “afecta en todo”. “A nivel digestivo, a nuestro cerebro, a nuestra piel... es la gasolina con la que nutrimos cada célula de nuestro cuerpo”, dice. Además hace un apunte muy interesante: “es importante no dejar a un lado también cómo afecta a nuestra salud la manera en que nos relacionamos con la comida. No existe salud sin salud mental y no existe dieta saludable sin una buena relación con la comida”.