Lo último en belleza llega con sello sostenible y la generación 'Z' es la mayor impulsora de que este enfoque clean de los rituales diarios cada día gocen de mayor aceptación entre el público. Incluso las tendencias en fitness se rinden ante el triunfo de la conciencia medioambiental a través de disciplinas como el plogging o los gimnasios impulsados por energía eco. Como novedad ya disponible que va a revolucionar las rutinas de limpieza facial e incluso el lavado del cabello llega la cosmética en polvo que ahorra agua y libera menos emisiones tóxicas. Pero como cada cambio radical que afecta a hábitos arraigados desde siempre, las dudas de si lo nuevo resultará igual de efectivo que lo que hacíamos hasta ahora son tan razonables como infundadas. Así lo aseguran los expertos, quienes ven en esta tendencia la respuesta beauty que reduce la huella de carbono.
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Cosmética en polvo: tan efectiva como la tradicional
Casilda Bilbao, responsable de comunicación de Klorane, destaca de este tipo de cosmética no solo su efectividad, sino el hecho de que mantenga la misma cualidad sensorial que las opciones tradicionales. Lo que sí que destaca de ella es su cualidad eco responsable: "Ahorro de agua para su fabricación y ahorro de envase. Un champú sólido de 80 gramos permite realizar entre 32 y 44 lavados o aproximadamente tanto como con 2 botellas de champú líquido de 200 ml. Además, en el caso de Klorane las fórmulas son biodegradables, veganas y sin sulfatos ni siliconas. Utilizamos activos naturales que cultivamos de forma respetuosa con el medioambiente", apunta la experta.
Desde Minawa, la primera marca española fabricada sin agua, señalan además una de las ventajas en eficacia que permite este cambio: "Si nos centramos en la formulación o composición de los productos cosméticos, la eficacia viene dada por una buena elección y combinación de ingredientes que sean efectivos y de buena calidad. El hecho de retirar el agua de nuestras formulaciones nos permite aumentar mucho la concentración de activos así como combinar varios de ellos para conseguir un cuidado holístico de la piel".
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Cómo se utiliza la cosmética en polvo
El modo de uso es tan intuitivo que pocas son las dudas posibles cuando se tiene el producto en la mano y más con las explicaciones que los fabricantes incluyen en el packaging para educar sobre este gesto de belleza desconocido para la mayoría. En el caso del exfoliante Mineral Re-Powder de Minawa, por ejemplo, "con las manos y el rostro húmedos, aplicamos un poco de polvo exfoliante en la mano y frotamos para hacer el mouse exfoliante. Hay que adaptar la intensidad con más polvo o más agua para conseguir la exfoliación deseada", nos revelan los expertos de la marca.
Desde Klorane, donde se encuentran híbridos de champú y mascarilla en polvo y en formato monodosis que harán las delicias de las que suelen viajar el avión, señalan que para utilizarlas "se humedece el pelo, se aplica el contenido en polvo del sobre en la mano y se mezcla con unas gotas de agua hasta que ese convierta en espuma, a continuación se aplica la espuma al cuero cabelludo y se masajea. Como actúa también como un tratamiento del cuero cabelludo graso, se deja un par de minutos y posteriormente se aclara", apunta Casilda Bilbao sobre un ritual tras el que no hay que utilizar champú.
Las consecuencias positivas en el medio ambiente
"La cosmética sólida permite ahorrar agua en su fabricación como también ahorra plástico ya que sus envases pueden ser más minimalistas. Por lo tanto la huella medioambiental es mucho menor", nos explica Casilda Bilbao. Desde Minawa recurren a la imaginación para explicar el avance en sostenibilidad que supone esta forma de cuidarse: "Hagamos el ejercicio de imaginar 10 grandes camiones cargados de productos de higiene. ¡Si imaginamos entonces que eliminamos el agua de estos productos veremos como reducimos el número de camiones a 1! Esto significa que consumiremos menos combustibles fósilbles y liberaremos menos CO2". Además, las fundadoras de la marca razonan que "al estar tan concentrados tiene una duración más larga y el consumidor debe repetir la compra de forma más espaciada generando también menos transporte y menos envases".
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A esta reducción de la huella de carbono se une el tipo de activos que se usan para elaborar cada producto: "Si queremos ir más allá, podemos incluso pensar en los ingredientes que se usan para hacer nuestros tratamientos. Nuestros ingredientes también son anhidros (secos) y eso significa que no contienen agua y que, al transportarlos, también han consumido menos combustibles fósiles y han liberado menos CO2".
Otros cambios sostenibles que ayudan al planeta
La responsable de comunicación de Klorane nos asegura que tan solo con "cambiar uno de los lavados de pelo de la semana por un champú seco, ahorrarás 500 litros de agua al año". Desde Minawa destacan la importancia del apoyo al comercio local: "La elección de marcas locales tiene implícitos muchos beneficios a nivel de sostenibilidad medioambiental y social". Además, "hay que tener en cuenta los valores de estas marcas como el uso de productos veganos, de producción en frío (menor consumo energético), tipos de envases (libre de plástico). Podemos fijarnos también en los ingredientes que llevan los productos dando preferencia a todo lo que sea libre de microplásticos, que acaban en el mar, presentados con un exceso de embalaje, filtros solares o premiar marcas con ingredientes Up-cycling como Minawa".
Dosificar la cantidad de producto que se utiliza en cada aplicación, reducir el consumo de toallitas, discos o bastoncillos desechables, minimizar los pasos del ritual de belleza, reciclar los envases y apostar por packagings con opción de relleno son otros cambios con grandes consecuencias en el medio ambiente. Y, por último, un gesto tan sencillo como cerrar el grifo cuando no sea necesario es un pequeño paso en la buena dirección.